Talarn remodela un edificio inacabado para darle un nuevo uso como plaza bajo tejado

El ayuntamiento de Talarn ha puesto en marcha obras para reciclar un edificio municipal inacabado, cuya construcción quedó interrumpida hace más de una década. Se trata de una estructura de dos pisos que debía acoger un local social, un proyecto que el consistorio ya descartó durante el pasado mandato por su elevado coste. El actual equipo de gobierno ha decidido aprovechar la planta inferior como almacén municipal, mientras que la superior se convertirá en una nueva plaza pública bajo tejado.

Su posición elevada hará de ella un mirador con vistas a la Conca de Tremp. “Esta nueva plaza nos permitirá celebrar conciertos y actos públicos aunque llueva”, señaló el alcalde, Àlex García. La planta superior del edificio se encuentra en la misma cota que la calle Raval, desde la cual se accederá a la futura plaza.

El suelo se ha cubierto con baldosas de piedra y una barandilla metálica rodea la plataforma de hormigón para convertirla en un recinto de 366 metros de superficie. En la planta inferior, que da a la calle Carrasco i Formiguera, la estructura del inmueble se ha tapado con muros para cerrarla y convertirla en un almacén. El ayuntamiento adjudicó las obras el pasado mes de octubre a la empresa Excavaciones y movimientos de tierra Carmona SL por 75.500 euros (91.355 euros con IVA).

Los trabajos comenzaron a finales de 2021 y debían concluir en tres meses. Sin embargo, dificultades en el suministro de materiales han provocado retrasos, algo que también está sucediendo en diferentes obras públicas de las comarcas de Lleida. El consistorio confía en abrir este nuevo espacio al público el mes de junio, coincidiendo con la celebración de la Fira del Vi.

El edificio del local social de Talarn quedó paralizado cuando el municipio ya había invertido más de 200.000 euros en él. La crisis de la década pasada dejó al consistorio sin fondos para proseguir los trabajos, y además surgieron complicaciones legales: el inmueble se construyó en terrenos que pertenecían a un particular. La situación se regularizó hace cuatro años, a través de una permuta de terrenos.

Una vez legalizado el inmueble, quedó en el aire la pregunta de qué hacer con la estructura inacabada: el presupuesto del proyecto original superaba los 600.000 euros, una cifra inasumible para el consistorio tras la crisis, y el gobierno surgido de las elecciones de 2011 consideraba el inmueble y su coste excesivos para las necesidades del pueblo. El actual ha optado por darle nuevos usos.