SEGRE

REPORTAJE PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO

Un balneario para la historia

El estado actual de la Casa Nova del balneario, clausurada. La familia propietaria mantiene hoy en día su actividad en el edificio antiguo.

El estado actual de la Casa Nova del balneario, clausurada. La familia propietaria mantiene hoy en día su actividad en el edificio antiguo.IMAGEN CEDIDA POR LA FAMILIA PAL

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Las aguas termales que manan en el Pont de Bar, reconocidas por sus beneficios para la salud desde la Edad Media, impulsaron hace más de dos siglos la construcción de un balneario, los Banys de Sant Vicenç. Su historia empieza en 1.775, cuando un antepasado de los actuales propietarios del complejo de termalismo, la familia Pal, adquirió los derechos sobre las aguas termales para construir una pequeña edificación, conocida entonces como alberguería, que recibía a personas que recorrían el camino que comunicaba La Seu y Puigcerdà. “La gente tenía entonces mucha fe en las aguas termales sulfuradas y venía a bañarse dos veces al año por períodos de nueve días”, explica Marta Pal, la última de las siete generaciones al frente del negocio familiar.

El primer edificio acabó quedándose pequeño ante la fuerte demanda, y la familia construyó en 1887 la Casa Nova, que recogía el estilo de los balnearios de finales del siglo XIX. Este mismo mes ha sido declarada Bien Cultural de Interés Local (BCIL). El nuevo inmueble pasó a recibir la clientela, mientras que el antiguo quedó como alojamiento para la familia propietaria y los empleados.Hasta la Guerra Civil, atrajo una selecta clientela de la burguesía barcelonesa, cuyas estancias “duraban todo el verano”, apunta Pal.

Sin embargo, su actividad quedó bruscamente interrumpida con la contienda. La familia tuvo que dejar la casa y esta se convirtió en hospital militar que acogía a enfermos y heridos del frente del Pallars. Hacia 1947 los propietarios recuperaron el establecimiento, pero lo hallaron ocupado por prisioneros de guerra que trabajaban en la reconstrucción de puentes volados durante la retirada republicana.

La actividad hotelera violvió al edificio viejo, donde ha seguido desde entonces y el nuevo quedó clausurado. “Mi familia no se planteó rehabilitarlo por los daños que había sufrido, era demasiado costoso”, lamenta Pal. Sin embargo, la familia aún sueña en poder restaurarlo “algún día” y abrirlo como complemento al balneario actual.

La vida del balneario antes de la guerra

La Casa Nova del balneario se caracteriza por el eclecticismo arquitectónico de la Europa de la Bèlle Époque y es el único edificio de este estilo en el Alt Urgell. La colección de fotografías de la familia propietaria muestra la época de su mayor esplendor, antes de la Guerra Civil.

El estado actual de la Casa Nova del balneario, clausurada. La familia propietaria mantiene hoy en día su actividad en el edificio antiguo.

El estado actual de la Casa Nova del balneario, clausurada. La familia propietaria mantiene hoy en día su actividad en el edificio antiguo.IMAGEN CEDIDA POR LA FAMILIA PAL

El estado actual de la Casa Nova del balneario, clausurada. La familia propietaria mantiene hoy en día su actividad en el edificio antiguo.

El estado actual de la Casa Nova del balneario, clausurada. La familia propietaria mantiene hoy en día su actividad en el edificio antiguo.IMAGEN CEDIDA POR LA FAMILIA PAL

El estado actual de la Casa Nova del balneario, clausurada. La familia propietaria mantiene hoy en día su actividad en el edificio antiguo.

El estado actual de la Casa Nova del balneario, clausurada. La familia propietaria mantiene hoy en día su actividad en el edificio antiguo.IMAGEN CEDIDA POR LA FAMILIA PAL

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