TRADICIONES CELEBRACIONES
La fiesta medieval de Balaguer atrae a miles de personas y llena la restauración
Harpia cierra con el proyecto de renovar horarios para potenciar actos nocturnos
Balaguer cerró ayer la fiesta medieval Harpia con éxito de público que ha llenado las calles de la capital de la Noguera durante todo el fin de semana. El más beneficiado ha sido el sector de la restauración y el comercio ya que desde el viernes han registrado un lleno que ha servido para hacer un balance más que positivo de esta celebración.
Miles de personas han acudido este fin de semana a Balaguer para ver y participar en los actos de la fiesta medieval, la Harpia, que finalizó ayer y que ha beneficiado, especialmente, al sector de la restauración de la capital de la Noguera. Según el Paer en Cap, Jordi Ignasi Vidal, la afluencia ha sido continua todo el fin de semana y los establecimientos, tanto las terrazas habilitadas en la plaza Mercadal, como los del centro histórico y los de las afueras lo han notado “porque todos estaban llenos, lo que ha supuesto una reactivación para la hostelería y el comercio vital tras los dos años de pandemia”, indicó.
El cambio de fechas de esta edición también ha sido un acierto, remarcó Vidal, ya que cuando el certamen se celebraba a mediados de septiembre ya había comenzado el curso escolar y, ahora en mayo, está a punto de finalizar, lo que ha permitido la asistencia de un público familiar en las actividades. El alcalde remarcó que, de cara a nuevas ediciones se cambiarán los horarios para dar más vistosidad a los actos nocturnos, ya que algunos, como la bajada de antorchas de la comitiva medieval celebrada el sábado, comenzó de día “y hubiera sido más impactante si se hubiera hecho al anochecer”. “Todo Balaguer ha sido un escenario”, indicó la responsable del área de Promoció, Fires, Comerç i Festes, Antonieta Martínez.
En este sentido, remarcó que la Harpia se ha convertido en una fiesta de promoción de la ciudad, no solo del centro histórico.Durante la jornada de ayer la ciudad retornó a la Edad Media con torneos de caballeros en el campamento medieval habilitado en el río Segre. El Torneig de les cireres estuvo a cargo de la compañía Drakònia. También por la mañana se celebró el tradicional baile de la Galop.
Por la tarde los juglares contaron cuentos en la plaza Comtes de Urgell y también hubo conciertos de música folk. El baile de fin de fiesta de la Harpia con la presencia de los Diables puso el broche final a las 21.00 horas a un programa para viajar al pasado con las calles y plazas decoradas con recreaciones históricas. Las orillas del Segre fueron escenario de lizas en el que en esta ocasión participaron más de 40 personas.
Vidal indicó que el mercado semanal del sábado se trasladó a la avenida Pere III y también fue un éxito. La Covid obligó a suspender la fiesta en 2020 y en 2021 se hizo con acceso limitado a mil personas a los actos celebrados al aire libre, restricción que se eliminó este año.