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La Generalitat permitirá verter purines y otras deyecciones más cerca de casas

El departamento de Acción Climática permitirá aplicar purines, estiércol y otras deyecciones ganaderas más cerca de casas, centros de trabajo e incluso captaciones y depósitos de agua potable. Prepara una normativa que reducirá las distancias mínimas para favorecer los fertilizantes orgánicos y la construcción de balsas y plantas de tratamiento.

Imagen de archivo de una cisterna aplicando purines al nivel del suelo.

Imagen de archivo de una cisterna aplicando purines al nivel del suelo.SEGRE

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La Generalitat permitirá almacenar, tratar y tirar en fincas purines y otras deyecciones ganaderas más cerca de casas y centros de trabajo. Así lo prevé una nueva normativa que prepara el departamento de Acción Climática para rebajar las distancias mínimas respecto a núcleos de población, viviendas aisladas, polígonos industriales e incluso captaciones y depósitos de agua potable.

En 60 municipios de montaña, llega a reducirla a solo cinco metros. El proyecto de esta regulación, actualmente en información pública, argumenta que este cambio es necesario para favorecer la instalación de balsas y plantas de tratamiento y para promover el uso de fertilizantes orgánicos e impulsar así “el principio de economía circular”. Valora que la tecnología actual permite hacerlo “sin perjuicios relevantes”.

La normativa actual establece que balsas y plantas de tratamiento de purines deben estar al menos a 750 metros de poblaciones, casas aisladas, polígonos, centros de trabajo no agrario y zonas de ocio. El proyecto de la nueva regulación afirma que esta limitación “impide instalar sistemas de gestión de deyecciones en 1,8 kilómetros cuadrados” alrededor de estos espacios, y valora que “va en detrimento de mejorar la gestión” de estos desechos. Como alternativa, prevé reducir la distancia mínima para almacenar y tratar purín a 500 metros de núcleos habitados, a 400 metros de casas aisladas y áreas de ocio, y a 300 metros de centros de trabajo.

Para el resto de deyecciones, el mínimo se reduce aún más, entre 50 y 100 metros menos. En cuanto a la aplicación en cultivos como fertilizante, la distancia mínima para tirar purines varía actualmente en función del método empleado para verterlo y oscila entre 50 y 300 metros respecto a casas y lugares de trabajo y ocio. Para el resto de deyecciones animales, la distancia mínima es menor, de en 50 y 200 metros.

La reforma que plantea la Generalitat vetará purines a menos de 200 metros de núcleos de población, en consonancia con un decreto estatal del año 2020. La separación mínima respecto a casas aisladas será bastante menor, de entre 25 y 75 metros.Esta misma distancia mínima se aplicará respecto a polígonos industriales y centros de trabajo no agrario, mientras que el límite respecto a captaciones de agua potable y depósitos descubiertos pasará de los cien metros actuales a entre 50 y 75. La conselleria argumenta que esta reducción es viable porque ya no se permite esparcir las deyecciones con platos o abanicos, sino que se deben tirara al nivel del suelo o inyectarlo en él.En 60 municipios de montaña leridanos (ver lista) se podrá verter estiércol bovino y otras deyecciones excepto purines de cerdo a solo cinco metros de pueblos y viviendas aisladas.

La documentación del proyecto afirma al respecto que, en el Pirineo, “las tierras más productivas son prados a menudo cerca de núcleos de población, donde no hay una problemática de malos olores”.

Consideran obsoletos los índices de nitratos

La normativa que proyecta la Generalitat señala que avances en la alimentación del ganado han dejado obsoletos los índices empleados hasta ahora para calcular el contenido de nitratos de las deyecciones y plantea revisarlo a la baja.

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