INCENDIOS
El incendio de Baldomar deja un paisaje devastador y una gran impotencia
Las noches se han hecho largas y ahora, que parece que tendría que llegar la calma, chocan con la realidad de lo que supone ver 2.700 hectáreas quemadas
La estabilización del incendio de Baldomar supone un antes y un después tanto en los cuerpos de emergencias que ha trabajado como en los vecinos y vecinas de las poblaciones próximas. Han sido seis días sin descanso que han provocado un desgaste en estas personas y que ahora les deja un paisaje devastador. Las noches se han hecho largas y ahora, que parece que tendría que llegar la calma, chocan con la realidad de lo que supone ver 2.700 hectáreas quemadas.
Después de las llamas, el silencio acompaña un paisaje gris. Dos mil setecientas hectáreas calcinadas y una gran desolación es lo que les ha quedado a los vecinos de Alòs de Balaguer, donde el fuego había llegado muy cerca de las casas.
Donde ya pueden respirar un poco más tranquilos es en Baldomar, la zona cero del incendio. Para estas personas, ahora es el momento de asimilar la sensación de devastación, hacer un balance de daños y así, poder salir de las cenizas.
El incendio de Baldomar, en junio, calcinó 2.700 hectáreas.
