INFRAESTRUCTURAS CARRETERAS
El túnel del Coll de Lilla, listo en más de un 90% y prevén abrirlo antes de un año
Los trabajos de la autovía a Tarragona (A-27) entre Valls y Montblanc, que incluyen el túnel del Coll de Lilla, están listos en un 90% y se prevé que este tramo de carretera entre en servicio antes del verano del año que viene. Esta es una infraestructura largamente reivindicada y que ayudará a reducir el trayecto entre Lleida y la Costa Daurada.
Las obras del túnel del Coll de Lilla y de la autovía A-27 entre Valls y Montblanc (que enlazará con Lleida por la N-240 y la AP-2) están listas en más de 90% y se prevé que este tramo de la autovía a Tarragona entre en servicio en menos de un año, según la previsión de los ayuntamientos.
Fuentes del ministerio de Transportes explicaron que se ha dado un “importante impulso” a los trabajos y que “en algo menos de 4 años hemos ejecutado tres cuartas partes de las obras”. Remarcaron que de los 104 millones de euros que ya se han invertido, 82 se concentran a partir de junio de 2018. Recordaron que los trabajos, que empezaron en 2009, son “especialmente singulares, por la complejidad geológica de la zona”, porque la presencia de arcillas expansivas y pizarras obligó a replantear el proyecto.
Por su parte, el alcalde de Montblanc, Josep Andreu, explicó ayer que la previsión es que el túnel se estrene antes del verano de 2023, en menos de un año. Apuntó que a principios de agosto el ministerio terminará el enconfrado de una de las dos galerías, mientras que en la otra ya está listo. Además, señaló que en el tramo de autovía de Fontscaldes (Valls) ya han aplicado la primera capa de asfalto.
El túnel del Coll de Lilla es una reivindicación histórica de las demarcaciones de Lleida y de Tarragona y reducirá en 17 minutos el trayecto entre la capital del Segrià y la Costa Daurada por la N-240. Mientras, el Estado adjudicó a principios de año la redacción del proyecto para el último tramo de la A-27, entre Lilla y el enlace de la AP-2. Sin embargo, esta autovía no tendrá continuidad hacia Lleida y se espera que los vehículos circulen por la autopista, que ya hace casi diez meses que está libre de peajes o por la Nacional. El Estado sí estudia desdoblar la carretera N-240 entre Lleida y Les Borges Blanques.
Diez meses sin peajes en la AP-2 y últimos trabajos en los accesos
El viernes se cumplirán diez meses del fin del peaje en la autopista, lo que ha comportado un aumento del tráfico en la AP-2 en detrimento de la N-240, ya que ambas vías transcurren casi en paralelo. En los primeros seis meses sin barreras, el número de vehículos que circulaban por la autopista ya había aumentado casi un 70%, mientras que la N-240 había perdido más de la mitad del tráfico. Por su parte, el Estado aborda ahora los últimos trabajos para reformar el acceso a la AP-2 en Lleida ciudad con la construcción de una rotonda que mejorará la conexión con la C-12. El ministerio terminó el pasado mes de abril el derribo de las casetas de peaje de Lleida, Les Borges Blanques, L’Albi y Soses.