El Urgell recorta caudales para el riego por la situación crítica de los pantanos

La situación de los pantanos que regulan el agua del río Segre es “crítica”, según reconocieron ayer los regantes del Canal d’Urgell, principales usuarios de Oliana y Rialb. Entre ambos embalses sumaban ayer unas reservas de 158,5 hectómetros cúbicos de agua, lo que supone un 32% de su capacidad total (488 hectómetros) y unos 200 hectómetros menos que hace un año y que la media del último lustro.

De hecho, regantes consultados no recuerdan una sequía tan severa desde la de 2006 y la Confederación Hidrográfica del Ebro ha declarado el Segre en emergencia. En este contexto, la junta de gobierno extraordinaria celebrada ayer en el Canal d’Urgell acordó recortar la dotación de agua para el regadío en el canal principal. Ya lo ha hecho durante este mes y seguirán a razón de un metro cúbico menos por semana hasta finales de julio, de modo que el principal pasará de 33 a 29 metros cúbicos por segundo de agua.

En agosto, si la situación se mantiene, los recortes serán más drásticos. El objetivo es acabar la campaña de regadío y dejar una reserva de unos 30 hectómetros para los abastecimientos de invierno.El presidente de los regantes, Amadeu Ros, apuntó la posibilidad de que en agosto se reduzca la aportación del principal a 24 metros cúbicos por segundo. La propuesta aprobada ayer por la junta se elevará ahora a la Confederación Hidrográfica del Ebro, que había pedido a los regantes que asumieran medidas ante la situación crítica.

Ros pidió además a los regantes que sean “senatos” en la utilización del agua, si bien dijo que el riego no se verá afectado ya que la dotación se ajusta a las necesidades de los cultivos. Julio es sin embargo el mes de mayor demanda para regadío, más aún con la ola de calor. En cuanto al Segarra-Garrigues, usuario también de Oliana y Rialb, ya utiliza un 30% menos de agua de lo que tiene como dotación y en lo que queda de campaña necesitará solo 12 hectómetros de Rialb.

La sequía afecta también a los abastecimientos. Llimiana se sumó ayer a los ayuntamientos de Baix Pallars y Bellver al pedir reducir el uso de agua y anunciar que deberá tomar medidas si persiste.

Los regantes revisarán la situación de las reservas cada quince días

“Cada 15 días celebraremos una comisión de agua para establecer la dotación necesaria frente a la sequía”, explicó ayer el presidente de los regantes del Urgell, Amadeu Ros, tras la reunión extraordinaria de la junta de gobierno.

La propuesta de reducción de caudales en el principal se comunicará ahora a la Confederación Hidrográfica del Ebro, que pidió a los regantes medidas de “autoregulación” para reducir el consumo de agua y afrontar lo que queda de campaña con garantías para el abastecimiento.

Segundo año de sequía y temor ante la próxima campaña en 2023

La medida adoptada ayer por los regantes incluye reducir la dotación del principal y ajustar el caudal a las necesidades estrictas de los cultivos hasta llegar al mes de agosto, cuando baja la demanda de agua, sobre todo, en frutales y maíz tras recolectar la primera cosecha. El objetivo es dejar unos 30 hectómetros para abastecimientos en invierno.

Sin embargo, las reservas de los pantanos quedarán muy tocadas, si no llueve, de cara a la próxima campaña de 2023. El actual es el segundo año de sequía.