Coll de Nargó vive la última Bajada de los "Raiers" en verano

Coll de Nargó (Alt Urgell) ha rememorado este sábado uno de los oficios más populares que había en la población hasta el primer tercio del siglo XX. La 33.ª edición de la Bajada de los "Raiers" ha sido, sin embargo, la última que se celebra en esta fecha veraniega, ya que la entidad organizadora del acontecimiento prevé trasladarlo a la primavera a partir del año que viene, probablemente por Semana Santa.

El poco caudal de agua que suele presentar el río Segre en esta época, marcado por el cambio climático y la situación de sequía, complica el descenso de los rais y, por lo tanto, estos no acaban yendo más allá de un kilómetro. Este año, además, se está a la expectativa de poder acabar el año con el reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco.

Dos embarcaciones de madera, dirigidas por una decena de personas, han descendido por un tramo del río Segre bajo la mirada de un público que, en varios tramos del recorrido, quería ser partícipe en esta tradición. La navegación ha empezado hacia las doce y cuarto del mediodía en torno a los Chopos de Fígols, después de haber terminado los últimos preparativos. Esta fase se conoce como el "enraiada" y consiste en unir, de tres en tres y con ramas tiernos de abedul, los tramos que conforman una balsa.

Justo antes de empezar la bajada, desde la Asociación de "Raiers" de la Ribera del Segre han querido recordar a los asistentes que este sería la última vez que la fiesta se hacía en verano. El presidente de la entidad, Àlex Ferré, reconoce que cambiarla en primavera "los abre una serie de desafíos", ya que están acostumbrados a llevarla a cabo en estas fechas. Uno de ellos podría ser el de la temperatura del agua, hecho que cree que se podría mitigar, por ejemplo, llevando un neopreno bajo la ropa. De todos modos, defiende que la celebración puede mejorar si la bajada se hace coincidiendo con la época del deshielo, en el que el río baja con más agua, tal como hacían a su día los madereros que ahora rememoran.

Ferré ha señalado que la decisión se ha tomado de ver con preocupación cómo, en los últimos ocho o nueve años, el caudal del Segre en este punto era cada vez inferior, hasta el punto que ponía en riesgo llevar a cabo la celebración. Además, la idea es poder ofrecer al público un recorrido más largo, de cuatro a seis kilómetros como lo que hacían anteriormente. El presidente de la Asociación de "Raiers" ha asegurado que el cambio es "correcto, necesario y obligado", también teniendo en cuenta, según ha añadido, ahora que la Unesco tiene que decidir si proclama la fiesta como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

De hecho, está previsto que el dictamen sobre la candidatura multinacional renombre "El rafting con madera", en el cual participan Austria, Chequia, Alemania, Letonia, Polonia y el estado español, se conozca en el marco de una reunión del Comité Intergubernamental que tendrá lugar en Marrakech entre el 28 de noviembre y el 3 de diciembre. Para Ferré, este reconocimiento serviría para "dignificar y consolidar este antiguo oficio" y sería todo un impulso de cara a evitar que la fiesta se acabe perdiendo en un futuro.

El objetivo de la celebración se rememorar el trabajo del transporte de la madera, ya sea desde Puigcerdà, la Seu d'Urgell o Andorra y hasta llegar a Lleida o Tortosa. De hecho, el antiguo oficio llegó a ocupar más de un 90 por ciento de los hombres que vivían en Coll de Nargó y, previamente en la bajada, los mismos trabajadores se encargaban de ir al bosque a cortar los troncos de madera. Aunque este sábado iban cinco personas por balsa, lo habitual a su día era que sólo lo hicieran dos.

Una vez acabado el descenso de los rais, la fiesta se ha trasladado a la plaza del Ayuntamiento de Coll de Nargó, donde se ha llevado a cabo una comida popular. Ya por la tarde, el programa de actos continúa con una ofrenda floral en la fuente de la Mujer del Maderero, en honor a las personas que cuidaban la casa y la familia mientras estos trabajadores estaban transportando la madera por el río. Además, la entidad y el Ayuntamiento de Coll de Nargó están preparando un monumento a los madereros, el cual se ubicará al lado de la iglesia románica de Sant Climent. Este consistirá en un tramo de balsa con remo y el objetivo es poder inaugurarlo a finales de este año.