REPORTAJE SEQUÍA
La historia que revela la sequía
La caída de las reservas de los pantanos leridanos ha puesto al descubierto paisajes que habían permanecido ocultos bajo las aguas durante más de una década || Emergen los restos de los pueblos de Tiurana y Blancafort, vestigios de carreteras, muros, puentes y hasta maquinaria de obras
La sequía ha sacado a la luz una parte de la historia de las comarcas de Lleida que llevaba oculta más de una década: la que quedó anegada bajo las aguas con la construcción de los grandes embalses a lo largo del siglo veinte. El descenso de las reservas del pantano de Rialb, ahora a solo el 4,8% de su capacidad, ha puesto al descubierto los vestigios del antiguo pueblo de Tiurana y las tierras que estuvieron dedicadas a cultivos en el entorno del núcleo de La Clua, en el municipio de Bassella. Unos kilómetros al norte, en la cola del pantano de Oliana, al 42% de su capacidad, vuelve a verse la antigua carretera, así como los restos de algunas construcciones.
Nada de esto se había visto desde la última gran sequía que asoló Lleida y el resto de Catalunya entre los años 2005 y 2008. De hecho, solo en los últimos años de aquel largo episodio de escasez de lluvias salieron a la luz paisajes que, en este nuevo episodio de sequía, han emergido de las aguas en apenas un año. La reaparición de la antigua Tiurana atrajo primero la atención de los que fueron vecinos del pueblo, demolido antes de que las aguas del pantano lo anegasen.
Queda poco que ver, pero quienes vivieron allí reconocen aún el trazado de la carretera, de las calles y la ubicación de las diferentes casas que componían esta localidad de la Noguera. Junto a la antigua carretera se puede ver una hormigonera que dejaron atrás cuando se llenó el pantano. A los antiguos vecinos les siguieron otras personas sin vinculación con el antiguo pueblo, que han acudido durante las últimas semanas a ver lo que queda de la antigua Tiurana movidos solo por la curiosidad.
Un turismo de sequía hasta ahora inédito en Lleida, aunque poco numeroso. Es solo un pequeño goteo de visitantes. “No tiene nada que ver con la masificación en el pantano de Sau”, afirma el alcalde de Tiurana, Àngel Villarte, que indicó que muchos de los que visitan el pueblo actual en Solés aprovechan la ocasión para ver también los restos del que quedó inundado por el pantano.
Al menos un par de ellos han necesitado asistencia al quedar sus coches atrapados en el fango del lecho de Rialb.