MUNICIPIOS INMUEBLES
En venta Masia Salat de Les Borges tras 5 años de trámites para que sea un geriátrico
Los propietarios argumentan que están cansados de burocracia y optan por el relevo || Aseguran que ya hay tres interesados del sector en adquirirlo y han solicitado licencia de obras al consistorio
Los propietarios de Masia Salat que proyectaban convertir el antiguo hotel al lado de la N-240 en Les Borges en un geriátrico han puesto a la venta las instalaciones después de 5 años de trámites para conseguir todos los permisos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), la Generalitat y el ayuntamiento ya que el complejo se encuentra en una zona inundable. Ahora, con todas las trabas solventadas y todas las licencias concedidas, lo venden “cansados de tantos impedimentos para llevar a cabo un proyecto solidario y necesario en Les Garrigues, una de las comarcas más envejecidas de Lleida”, aseguran. Por el momento, ya se han interesado varios promotores y “tenemos tres propuestas serias para proseguir con el proyecto de residencia de la tercera edad”.
Con las autorizaciones dadas se podría mantener la actividad como hotel, pero los todavía propietarios afirman que solo lo venderán a los que garanticen su futuro como residencia. Empresarios de Les Borges compraron en 2017 las instalaciones de Masia Salat después de que el hotel pasara a manos del BBVA en 2014 por impagos de sus antiguos propietarios, la familia Riera. Llevaba tres años cerrado.
Pagaron 1,3 millones de euros con la intención de habilitar 100 plazas con 65 habitaciones, todas ellas con baños incorporados. Sin embargo, no pudieron comenzar la remodelación puesto que el hotel se encuentra en el mismo plan urbanístico que el restaurante, ahora cerrado; el Parc de l’Oli y la gasolinera de la CAG y todo el complejo está ubicado en una zona susceptible de avenidas del torrente de La Femosa. De hecho, ocasionó daños en dicha zona tras desbordarse durante la Dana de octubre de 2019.
La CHE emitió un informe desfavorable y la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) suspendió cualquier actuación hasta que no se detallaran los límites de la parcela dedicada a acoger la residencia, en una cota más alta que el curso del torrente.El ACA levantó el veto y desencalló el proyecto a primeros de 2021 una vez presentadas las medidas correctoras, de protección y rehabilitación, con lo que quedó pendiente de la aprobación de Urbanismo y del ayuntamiento. Los promotores desistieron de hacer cualquier acceso desde la N-230 y se mantienen los actuales. Asimismo, han ido inviertiendo para frenar la degradación del inmueble.
A finales de junio el ayuntamiento ratificó definitivamente el plan urbanístico del área.