AGUAS REGADÍO
Ocho millones para evitar que fincas del Segarra-Garrigues se inunden
Casi 36 killómetros de drenajes en 7 municipios del Urgell, el Segrià y Les Garrigues
El pantano de Rialb, que almacenaba 16 hectómetros y estaba al 4% de su capacidad.
La conselleria de Acción Climática aprobó ayer llevar adelante un proyecto para completar el drenaje de fincas del Segarra-Garrigues que había quedado pendiente y que beneficiará a agricultores de Agramunt, Verdú, Maldà, Arbeca, Les Borges Blanques, Alcanó y Sarroca de Lleida. Se trata de una actuación que implicará construir casi 36 kilómetros de colectores soterrados en las fincas que han sido objeto de trabajos de concentración parcelaria. La red de drenaje se colocará a 1,5 metros de profundidad para no afectar a los cultivos.
El proyecto se impulsa tras varias peticiones desde el territorio después de que se hayan registrado problemas de encharcamiento en fincas tras haberse concluido la red de regadío y haber comenzado a regar en distintos sectores. Las obras supondrán una inversión de 7.831.033 euros, comenzarán próximamente y finalizarán en 2023, según la Generalitat. El Segarra-Garrigues riega actualmente cerca de 12.000 hectáreas, de un total de más de 68.000.
En breve prevé poner en marcha dos nuevos proyectos, que ya tienen autorización de la Generalitat, para llevar el agua a Castelldans y a fincas de Aitona, Sarroca, Llardecans y Seròs, según el presidente de los regantes, Josep Maria Jové.
Sigue la emergencia por sequía en el Segre
La Confederación Hidrográfica del Ebro mantiene la situación de emergencia por sequía prolongada en el río Segre, donde los pantanos que lo regulan, Oliana y Rialb, están al mínimo de reservas: ayer almacenaban 30 y 16 hectómetros cúbicos de agua y estaban al 36 y al 4% de su capacidad total, respectivamente. La situación es compleja también en la zona baja del río Ebro, mientras que en el Noguera Pallaresa se encuentran en situación de alerta.
El Noguera Ribagorçana está en situación de prealerta ya que la demanda de agua todavía para el regadío y otros consumos es aún más alta que la aportación de agua por lluvias. Si bien la actual campaña de riegos, que ha entrado en su fase final, se da por casi completada, los sectores afectados temen por la próxima, ya que si los embalses no se recuperan no habrá garantías para asegurar las dotaciones. El Ebro tiene un 14% menos de reservas que la media histórica.
