METEOROLOGÍA INCIDENCIAS
Cadenas en la Bonaigua al intensificarse las nevadas
Inusuales a finales de septiembre, tras un verano de calor y sequía extrema || Las temperaturas caen hasta los 5 grados bajo cero
El Pirineo de Lleida registró ayer la primera nevada de importancia del otoño, que obligó a usar cadenas para circular por la mañana por el puerto de la Bonaigua. La cota de nieve descendió hasta los 1.500 metros y se acumuló sobre las pistas de esquí de Aran y el Pallars Sobirà. Fueron unas precipitaciones inusuales a finales de septiembre, que constrastaron con un verano caracterizado por el intenso calor y una sequía extrema.
La nieve estuvo acompañada de un fuerte descenso de las temperaturas, que en algunos puntos de alta montaña llegaron a cinco grados bajo cero. Hoy el tiempo tenderá a estabilizarse aunque las temperaturas mínimas seguirán siendo bajas en las comarcas de montaña. La nieve coincide con el final del año hidrológico, que concluyó ayer con reservas inferiores a la media de los últimos 5 años en la cuenca del Ebro, algo extrapolable a Lleida, donde el Canal d’Urgell y el Segarra-Garrigues han necesitado restricciones por la sequía.
El Segre sigue en situación de emergencia, el Pallaresa en alerta y el Ribagorçana en prealerta. El pantano de Rialb, en el Segre, que es el que más ha acusado la escasez: almacena 19,7 hectómetros cúbicos y se encuentra al 4,8% de su capacidad. Oliana tiene unas reservas de 22,3 hectómetros cúbicos, mientras Canelles, en el Ribagorçana, acumula 194 hectómetros cúbicos.