El parón de plantas de purín obliga a tirarlo en fincas y gastar el doble a 500 ganaderos

El parón durante meses de las cuatro plantas de secado de purines de Lleida obliga a medio millar de ganaderos a tirarlo en fincas agrícolas. Para hacerlo gastan hasta el doble de lo que les costaba tratarlo en el complejo de Alcarràs, el de Miralcamp y los dos de Juneda. Así lo explicaron fuentes del sector, que indicaron que esto se debe a que los terrenos donde pueden verter las deyecciones de cerdos y otros animales como fertilizante están a menudo a más de 50 kilómetros de las granjas. Esto supone elevados costes de transporte.

La escalada del precio del gas mantiene cerradas las cuatro plantas que lo usan para secar purines. Las paradas intermitentes a principios de año han derivado meses después en la clausura temporal de estas instalaciones. No se benefician de los límites al precio del gas, y el Estado no ha subido la retribución que reciben por generar electricidad mediante cogeneración, a pesar de que la ley les garantiza una “rentabilidad razonable” ante subidas del combustible. El personal de la de Alcarràs está en un ERTE, mientras que en la de Tracjusa y la de VAG, ambas en Juneda, no lo han presentado por ahora.

El medio millar de ganaderos que trataban en estas plantas purines al no tener tierra disponible donde tirarlo cerca de sus granjas habían sobrellevado el cierre durante meses gracias a tres factores: la capacidad de sus balsas para almacenar deyecciones; una fuerte subida del precio de los fertilizantes nitrogenados que hacía que muchos agricultores aceptaran los purines en sus fincas, y la sequía, que ha facilitado aplicarlos sin interrupciones por lluvias. Sin embargo, la situación se ha agravado y obliga a estos ganaderos a buscar suelo que no haya alcanzado aún el límite de nitrógeno que puede recibir cada año sin riesgo de contaminar las aguas subterráneas.

Rossend Saltiveri, responsable del sector porcino de UP, criticó que las plantas de purines no se beneficien de límites al precio del gas cuando “todos los usuarios pagamos por ello en los recibos de la luz”.

Desde la cooperativa GAP, propietaria de la planta de Tracjusa de Juneda, el presidente, Eduard Cau, explicó que el precio de gestionar cada metro cúbico de purín ha pasado de 2,5 euros por metro cúbico a superar los cinco por los costes de transporte. Avanzó que impulsarán como alternativa el proyecto de Nova Tracjusa para obtener gas de residuos urbanos y de deyecciones ganaderas.

Retoman las movilizaciones contra Nova Tracjusa

La plataforma contraria al proyecto de Nova Tracjusa ha retomado las movilizaciones en contra de que la planta de Juneda obtenga gas a partir de basura urbana. Lo hizo con una asamblea informativa en la biblioteca de Torregrossa, donde el alcalde, Josep Maria Puig, avanzó que llevará al pleno comarcal del Pla d’Urgell una moción contra el uso de combustibles derivados de residuos (CDR). A este acto le seguirán otros en Les Garrigues durante las próximas semanas.

A la propuesta de Nova Tracjusa, ya autorizada por la Generalitat, se ha sumado otro proyecto adicional denominado Biogap. Este último plantea además multiplicar la producción de biogás procedente de deyecciones en la planta de Tracjusa, generar electricidad con paneles solares y capturar las emisiones de dióxido de carbono.

Estas modificaciones valieron a los promotores el apoyo de la conselleria de Acción Climática, en manos de ERC, mientras que las secciones locales del partido en Les Garrigues se han ratificado en rechazarlo. También la plataforma que engloba a vecinos y ecologistas se opone a esta nueva propuesta.