SEGRE

REPORTAJE SEGURIDAD

La primera inspectora de los Mossos en Lleida se jubila

La inspectora Antònia Bardina, junto al coche patrulla en el Turó de la Seu Vella.

La inspectora Antònia Bardina, junto al coche patrulla en el Turó de la Seu Vella.

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Desde 1991 hasta hace pocos días. Son 31 años de servicio a la ciudadanía en diferentes destinos como miembro del cuerpo de los Mossos d’Esquadra. La leridana Antònia Bardina es la primera inspectora de Lleida que se jubila y repasa con SEGRE toda su trayectoria profesional en el momento que inicia, con la misma ilusión, una nueva etapa.

Bardina era profesora cuando vio un anuncio en el diario sobre la última convocatoria para acceder a la Policía catalana. “Lo vi y pensé ‘voy a probar’ y fui pasando las pruebas hasta que me vi con la maleta en la puerta de la escuela de Policía. Entonces no sabía si estaba haciendo bien pero ahora sé que sí.

Que este trabajo te da muchas cosas y que lo más bonito es poder estar en contacto con la gente”, explica. “Tenía 30 años, que era el límite entonces, y éramos muy pocas mujeres, ahora la cosa ha cambiado”, añade, aunque Bardina destaca que nunca ha sentido ninguna discriminación machista en ninguno de los cargos que ha ocupado. Y han sido muchos.

Su primer destino como agente fue en Lleida ciudad, donde también hizo vigilancia de la campaña de la fruta en el Baix Segre. “Ni siquiera teníamos cobertura para poder comunicarnos. Casi no teníamos medios pero ganas, todas las del mundo”, afirma.

En 1994 ya era cabo, momento en el que los Mossos asumieron las competencias de seguridad del Centre Penitenciari Ponent. “Vigilábamos en las garitas y las agentes nos teníamos que cubrir bien, para que los presos no nos dijeran según qué comentarios”, relata. En esa época también fue responsable de los traslados penitenciarios a los centros sanitarios.

Tres años después, ya como sargento, fue destinada a Girona, para reforzar el despliegue de los Mossos. Estuvo en La Bisbal d’Empordà hasta octubre de 1998, cuando abrieron las comisarías de Tàrrega y Cervera y fue jefa de turno en la Segarra hasta noviembre de 1999, cuando fue de segunda de la comisaría de Balaguer hasta 2002. Ese año se presentó a subinspectora y fue nombrada jefa de comisaría del Urgell hasta 2008.

Después, fue nombrada jefa del Área Básica Policial Valls-Montblanc, donde estuvo hasta el año 2017, cuando pudo regresar a las comarcas leridanas ya como inspectora de los Mossos d’Esquadra. “Cuando empezamos casi no teníamos medios, pero sí mucha ilusión y ganas. Y ahora todo ha cambiado.

También hay cada vez más mujeres, solo había cinco cuando empecé, y se apuesta por la conciliación, porque es vital cuidar a los agentes. Si cuidas, te cuidan. Eso lo tengo clarísimo”, remarca.

Los últimos cinco años ha sido la responsable de la Oficina de Relaciones con la Comunidad del ABP del Segrià. “Estar en contacto con el ciudadano es lo más bonito de este trabajo. Conoces a mucha gente y a muy buenas personas.

Es la parte más cercana y se hace mucho trabajo, con las charlas en colegios, institutos, entidades o con la tercera edad.. Actualmente tenemos el reto de la exposición a internet y las estafas, que son los delitos estrella,”, explica. Sobre qué se lleva de estos 31 años de servicio, también lo tiene muy claro.

“He tenido muy buenos equipos. Este es un trabajo muy enriquecedor y que te engancha”, asegura. Bardina recuerda cómo les llevaban flores tras los atentados de Barcleona y Cambrils.

“Es muy bonito cuando te agradezcan tu trabajo porque estamos al servicio de todos los ciudadanos”, remarca.

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