Cinco jóvenes crean una cooperativa de vivienda a precio justo en un pueblo del Sobirà
La iniciativa 'Copsant' también cuenta con un banco de tierras para ayudar a pequeños productores con dificultad de acceso a la tierra
La dificultad para acceder a la vivienda a un precio justo ha llevado a un grupo de jóvenes a crear una cooperativa de vivienda en cesión de uso en Balestui, en el Pallars Sobirà. La casa que adquirieron para hacer realidad este proyecto iba unida a una serie de tierras, y ahora han decidido crear un banco de tierras con el objetivo de liberarlas de la cooperativa a fin de que pequeños productores las puedan trabajar y así favorecer el arraigo en el territorio. Ivet, Carlet, Marco, Noemí y Jordi han apostado para vivir en comunidad mientras reivindican el acceso a la vivienda digna y asequible. El proyecto lleva por nombre Copsant y también se pretende rehabilitar un pajar para convertirlo en un espacio de encuentro comunitario.
Cinco jóvenes que se quieren instalar en el Pallars
Actualmente los socios de la cooperativa son cinco: Ivet Eroles, originaria de la Noguera; Carlet Belmonte del Vallès Occidental; Marc Castro, del barrio de Sants de Barcelona; Noemí Busquets del Alt Camp y Jordi Arévalo, de Girona. La vivienda que han adquirido todavía tiene espacio para un sexto socio que es el que ahora están buscando para sumarse al proyecto. Los habitantes del pueblo de Balestui son los primeros que han notado la instalación de la cooperativa en el pueblo, hasta ahora vivían allí 12 personas y de golpe se ha pasado a 17. Arraigar en los pueblos pequeños y que no acaben despoblados también es uno de los objetivos de este grupo de jóvenes.
El funcionamiento de Copsant
Hay diferentes tipos de cooperativas de vivienda y el modelo cooperativo que han escogido a Copsant se basa en la organización cooperativa y sin ánimo de lucro para proveer de vivienda digna a un precio asequible a los socios que la conforman. Son un modelo colectivo impulsado por los socios que permite desarrollar proyectos de convivencia y trabajar diferentes iniciativas, basándose en el bienestar y cuidado de las personas y el medio ambiente. Carlet Belmonte, de Copsant, ha explicado que los socios tienen un contrato vital con la cooperativa. Para ser socio y formar parte de la cooperativa hay que hacer una aportación inicial. No obstante, si más adelante un socio decide dejar Copsant, recuperaría la aportación inicial y se liberaría su lugar para que otra persona interesada pueda ocupar este espacio.
Ivet, Carlet y Marc conviven en la casa y en un espacio anexo viven Noemí y Jordi con la pequeña Elna de tansolo quince días. Junto a la casa hay una especie de pajar que quieren recuperar como espacio comunitario. Precisamente este espacio fue el que animó a los cinco jóvenes a presentarse al programa Arráigate.
Banco de tierras
La casa que han adquirido estos cinco jóvenes en Balestui se vendía conjuntamente con unas 20 hectáreas de tierras que, en vez de ser un problema para los jóvenes, han sido una oportunidad y con ellas han creado un banco de tierras para que pequeños productores o ganaderos las puedan aprovechar. Marc Castro ha explicado que desde Copsant han activado mecanismos para facilitar el acceso a la tierra a proyectos conscientes y transformadores, de mirada agroecológica o regenerativa. A modo de ejemplo muestra un pequeño rebaño de vacas que ya pacen en la finca aplicando ganadería regenerativa. Castro habla de pequeños productores a los que les cuesta acceder a la tierra, por la especulación que se hace de ella, y que Copsant les puede ofrecer: un productor agroalimentario, un apicultor o el ganadero de producción regenerativa.
Estos jóvenes quieren que más gente se sume al proyecto, ya que el formato de cooperativa de usuarias y consumidoras permite que las nuevas personas socias que vayan entrando al proyecto puedan llevar a cabo sus iniciativas, ha dicho Castro.