ESNOTICIA
Seis de cada diez municipios de Lleida han ganado población en cuatro años
Seis de cada 10 municipios de Lleida han ganado habitantes en los últimos 4 años. Este crecimiento se atribuye al éxodo de las ciudades a raíz de la Covid-19, si bien en algunos pueblos se ha empezado a frenar e incluso ha dado marcha atrás. Los ayuntamientos protagonizan decenas de iniciativas para atraer población y evitar perder la que ya tienen.
La mayoría de municipios de Lleida ha ganado población a lo largo de los últimos cuatro años, un crecimiento que los ayuntamientos suelen atribuir al éxodo de las ciudades a raíz de la Covid-19. Seis de cada diez, un total de 146, aumentaron su censo entre 2019 y 2021, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Lo que llevamos de 2022 ha supuesto un punto de inflexión para algunas de estas localidades. Mientras que algunas han consolidado e incluso reforzado su crecimiento, otras lo han visto frenar e incluso retroceder.
Los ayuntamientos protagonizan decenas de iniciativas, en solitario o en colaboración con otras administraciones, para atraer nuevos habitantes y conservar los que ya tienen. Algunos pequeños pueblos han experimentado fuertes crecimientos, algo que en ocasiones pone a prueba la capacidad de infraestructuras y equipamientos públicos construidos para poblaciones mucho menores. Es el caso de Bausen, cuyo censo ha crecido en un 20%.
El ayuntamiento advierte que la carretera de acceso al pueblo es insuficiente para absorber el tráfico de vecinos y turistas y queda bloqueada con facilidad cuando aparcan en sus márgenes. Lles de Cerdanya ha aumentado su censo un 19%, lo que ha obligado a construir un nuevo consultorio médico.En Granyena de Les Garrigues y Prats i Sansor la población ha crecido un 18%. El alcalde de este último municipio, Xavier Picas, apuntó que la capacidad de la escuela “llega a su límite” con 40 alumnos y que este año el ayuntamiento ha tenido que ceder el espacio del archivo municipal para que el colegio habilitase un aula. Todas estas localidades y otras como El Vilosell han crecido de forma continuada hasta ahora. Diferente es el caso de Fulleda. Tiene 91 vecinos, más de los 85 que tenía antes de la pandemia. Sin embargo, ha perdido una decena respecto a 2021, cuando llegó a 101 después de tres años de crecimiento.El aumento de población durante la pandemia puede consolidarse o no, pero ha dejado importantes lecciones en materia de repoblación. La experiencia de los últimos años ha demostrado que son muchas las personas dispuestas a vivir en municipios rurales si disponen de vivienda, servicios y tienen la posibilidad de trabajar en ellos. Las diferentes iniciativas dirigidas a atraer nuevos habitantes inciden en estos tres factores.Ejemplo de ello es el plan piloto que la Generalitat ha puesto en marcha en los siete municipios de Les Garrigues Altes.
Contempla habilitar viviendas en edificios municipales y también impulsar el despliegue de la fibra óptica para favorecer el teletrabajo y la actividad empresarial en la zona. Hacer habitables edificios que no fueron construidos para ello es algo que prevén hacer también otros municipios en el resto de la provincia. Por ejemplo, Ciutadilla espera construir cuatro pisos sociales en el interior del antiguo cuartel de la Guardia Civil, mientras que Montferrer i Castellbò espera dar este uso a la antigua escuela de Els Agols.Dar uso a viviendas vacías es otro frente abierto tanto para favorecer la repoblación como para impedir el deterioro de los edificios.
Biosca llegó a cederlas de forma gratuita para atraer a nuevos vecinos, mientras que la Associació de Micropobles ha puesto en marcha un programa sin precedentes para instalar a una veintena de familias de refugiados en 16 pueblos leridanos. El consell del Urgell ha elaborado un censo de viviendas vacías, que permitió constatar que suman hasta 2.300 y que al menos la mitad podrian rehabilitarse mediante contratos de masovería urbana. Esta modalidad se probó en Maldà, con una pareja que aún habita la vivienda que rehabilitó.
Desde la ciudadanía surgen también iniciativas como cooperativas de viviendas como la que plantean crear en una antigua granja de Maldà y la que existe ya en Baix Pallars.Por su parte, líneas de subvenciones de la Diputación, la Generalitat y el Estado, espececialmente las del fondo Next Generation de la UE, reservan partidas para favorecer a los pueblos pequeños, en el marco de políticas públicas para frenar la despoblación rural.