Una víctima de la estafa con criptomonedas destapada desde Lleida perdió 800.000 euros
Una vecina de Puigcerdà que hizo una aportación inicial de 250 euros y a quien le hicieron creer que estaba obteniendo grandes beneficios.
Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil han dado más detalles este lunes de la investigación internacional contra una organización criminal de alcance mundial especializada estafas con criptomonedas que habría ganado más de 2.000 millones de euros. La investigación se puso en marcha en 2018 a raíz de la denuncia de una mujer de edad avanzada de Puigcerdà a quien habrían estafado unos 800.000 euros. Como el resto de víctimas, la mayoría personas mayores sin experiencia inversora, a partir de una aportación inicial de 250 euros le hicieron creer que estaba obteniendo grandes beneficios. Mientras hacía inversiones, los estafadores le instalaron un programa en el ordenador para controlar todos sus movimientos económicos. Cuando detectó la estafa ya le habían vaciado las cuentas. En el Estado español, la investigación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción 2 de la Seu d'Urgell y la Fiscalía de Lleida (más información en la edición de este martes de SEGRE).
Hoy, en rueda de prensa en el Complejo Egara, Manuel Martín, teniente coronel de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil en Catalunya, ha explicado que la red desarticulada en colaboración con las policías de siete países europeos es la más importante dedicada a las estafas con criptomones detectada hasta ahora en Europa. Después de cuatro años de investigaciones, el pasado 8 y 9 de noviembre las diferentes policías participantes desplegaron un amplio dispositivo en Albania, Bulgaria, Georgia, Macedonia del Norte y Ucrania que finalizó con 15 centros de llamadas desmantelados, dos de los máximos responsables detenidos en Albania, 16 personas investigadas y la intervención de más de 355 ordenadores, varios móviles, tabletas y otros objetos electrónicos con información relevante.
Uno de los centros de llamadas más importante, con 800 trabajadores, se desmanteló en Ucrania. Aquí, Manuel Martín ha destacado que a pesar del momento complicado que vive el país con la guerra con Rúsia, su policía siguió trabajando para hacer su parte en el dispositivo. Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil participaron en el dispositivo hecho en Albania, donde se centralizaban las llamadas a España. “Ha sido un ejemplo de coordinación policial y el ejemplo a seguir en un futuro para combatir las estafas en internet, el delito que más crece con diferencia,” ha destacado Manuel Martín. Aunque precisar el número de víctimas exacto será muy difícil, se calcula que podrían haber decenas de miles, unas 17.000 sólo en el estado español. Con respecto a las ganancias obtenidas –se han recuperado unos 300.000 euros–, se acercarían a los 2.400 millones de euros. “Analizando los datos, la organización tenía unos beneficios de unos 400 euros al minuto”, ha señalado a Martín. La red utilizaba personas conocidas en los diferentes países para hacer publicidad y en España, incluso, esponsorizaba equipos de fútbol.
Joan Carles Granja, intendente jefe de la División de Investigación Criminal, ha explicado que la investigación empezó con la denuncia de una mujer mayor de Puigcerdà en 2018. Según explicó a la policía, después de una pequeña inversión inicial de 250 euros, le hicieron ver que los beneficios eran exponenciales. Después de varias aportaciones de dinero, cuando intentó recuperar lo que había ganado, las personas con quienes había tenido contacto desaparecieron, así como las webs falsas donde hacía el seguimiento de sus inversiones. En total había perdido 560.000 euros.
En el momento que intentó recuperar el dinero, la misma organización se puso en contacto con ella simulando estar un despacho de abogados que la ayudarían a recuperar la inversión hecha. Aquí, le hicieron pagar una cantidad de dinero en concepto de honorarios que también perdió. Finalmente, la suma perdida fue de 800.000 euros. Como en este caso, la mayoría de víctimas respondían al perfil de una persona mayor sin ninguna experiencia inversora, gente muy fácil de manipular. Los captaban cuando se interesaban en la inversión en criptomonedas en el más de un centenar de webs falso que gestionaban. De cada víctima, los trabajadores de los centros de llamadas hacían un exhaustivo seguimiento con el único objetivo de “vaciarlas las cuentas bancarias. "Cuando pasaba la etapa de enamoramiento y querían recuperar el dinero, normalmente después de unas 20 aportaciones, la misma organización les ofrecía servicios alternativos como cursos en criptomonedas para seguir cobrando", ha explicado Granja.