Cinco proyectos prevén generar gas con residuos orgánicos e inyectarlo en la red

Los proyectos para generar gas renovable proliferan en Lleida. Al menos cinco prevén emplear deyecciones animales y otros residuos orgánicos para obtener biometano, un biogás depurado cuyo poder calorífico equivale al del gas natural fósil, e inyectarlo para su venta en la red de distribución gasística. Una de estas iniciativas se presentó ayer en Balaguer, que acogió el primer Fòrum del Biogàs de Catalunya con más de un centenar de participantes. La granja de Torre Santamaria de Vallfogona de Balaguer, pionera en inyectar en la red biometano obtenido del estiércol de dos mil vacas, anunció en el Fòrum que prevé cuadruplicar su producción de gas a partir de 2024 en colaboración con el grupo Sorigué.

Este anunció se suma a otras iniciativas de este tipo en las comarcas leridanas.La tecnología conocida como upgrading permite filtrar el biogás que emana de los residuos orgánicos y concentrar el metano que contiene para aumentar su poder calorífico. Se probó por primera vez en Lleida en la planta de biogás de Porgaporcs en Vila-sana, que ahora tramita una tubería para evacuar en la red el gas depurado que genera. En Les Garrigues, la cooperativa Gap, dueña de la planta de secado de purines de Tracjusa, opta a fondos Next Generation para producir biometano.En el Segrià hay dos proyectos en marcha.

Uno es el de Agrolérida, que promueve en Alcarràs un complejo para inyectar en la red gas generado con deyecciones y cadáveres animales. Otro es una planta de purines autorizada en 2012 que se retoma ahora con la tecnología de upgrading para obtener biometano. Esta última instalación será muy similar a la que funciona en Almenar, una instalación que actualmente genera electricidad mediante la quema de biogás. Su actual propietario, el grupo Griñó, baraja producir biometano en ella en el futuro.

“Una vaca puede cubrir el consumo de energía de una vivienda”

La explotación ganadera de Torre Santamaría quiere multiplicar por cuatro su producción de biogás a finales de 2024 en colaboración con el grupo Sorigué. Sebastià Farré, responsable de la empresa, explicó que trtarán las deyecciones de otras explotaciones de la zona, de modo que la ganadería “no solo no contaminará, sino que ayudará a ser menos contaminante otros sectores como por ejemplo el transporte”, que puede consumir gas renovable. En este sentido, apuntó que “las deyecciones de una vaca dedicada a la producción de leche pueden llegar a cubrir el consumo de una vivienda y en Lleida hay unas treinta mil”.