SEGRE

INCLUSIÓN DEPORTE ADAPTADO

Lleida, hacia un esquí inclusivo y sin barreras

El monitor de Top Class Ski Jordi Ramoneda haciendo una bajada en Port Ainé con un bi-ski.

El monitor de Top Class Ski Jordi Ramoneda haciendo una bajada en Port Ainé con un bi-ski.M. CODINAS

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Las sensaciones gratificantes que la gente experimenta al deslizarse por la nieve están cada vez más al alcance de quien sufre algún tipo de discapacidad o limitación sensorial. Las estaciones invierten cada vez más en hacer sus instalaciones accesibles, al mismo tiempo que ofrecen descuentos en sus tarifas a personas con discapacidad y, en muchos casos, también a sus acompañantes.

Por otro lado, profesionales de algunas escuelas de esquí se forman en materia de guiaje, seguridad y pedagogía para dar un impulso a los deportes de nieve en su versión adaptada y ampliar su cartera de servicios. “Trabajar con discapacitados no es solo una actitud, sino también una aptitud”, explica Jordi Ramoneda, director de la escuela Top Class Ski de Port Ainé. Su centro lleva más de diez años impartiendo clases de esquí adaptado, tanto para ciegos –por lo que cuenta con guías titulados para ello–, como para gente con movilidad reducida e incluso discapacidad psíquica.

Para ello dispone de dos sillas que la estación de Port Ainé alquila y usa también en el marco del programa Esport Blanc Escolar. Se trata de un mono-ski y un dual-ski, en los que pueden acoplarse uno o dos esquís ordinarios, respectivamente. Sus estructuras están hechas de fibra de vidrio y carbono y cuestan unos 7.000 euros cada una.

Llevan un basculante y un amortiguador y con un respaldo acoplable pueden convertirse en un bi-ski, reservado para personas con escasa movilidad y fuerza en la parte superior del cuerpo. Con la formación adecuada, uno puede llegar a esquiar con estas estructuras de forma autónoma ayudándose de estabilos, una especie de muletas cortas. Asimismo, desde Top Class Ski forman también a esquiadores para que puedan acompañar a usuarios de estas sillas que no puedan esquiar por su cuenta.

“La motivación no exime de peligros, y menos aún cuando eres el responsable de la seguridad de otra persona”, explica Ramoneda, que añade que “por eso enseño también a padres a llevar estas estructuras con seguridad, con el fin que puedan disfrutar junto a sus hijos”. Como Top Class Ski, cada vez son más las escuelas que cuentan con monitores titulados para ofrecer clases de esquí a personas con diversidad funcional. Es el caso de La Bòfia, en Port del Comte o la escuela L’Orri, en Tavascan.

Asimismo, cabe destacar que a pesar de que esta modalidad adaptada está cada vez más extendida, no existe aún un deporte base sólido en Catalunya. La estación de Espot acogerá los Mundiales FIS de paraesquí del 19 al 29 de enero. Deportistas de todo el mundo se desplazarán hasta la estación en el Pallars para competir en las disciplinas de descenso, super gigante, gigante y eslálon.

Cabe destacar que todos los deportes paralímpicos están clasificados en distintas categorías para minimizar el impacto de las discapacidades en el deporte. En el caso del esquí alpino, se distinguen en distintas clasificaciones las afectaciones a brazos, piernas y vista. Así se determina qué atletas son elegibles para competir en un deporte.

El monitor de Top Class Ski Jordi Ramoneda haciendo una bajada en Port Ainé con un bi-ski.

El monitor de Top Class Ski Jordi Ramoneda haciendo una bajada en Port Ainé con un bi-ski.M. CODINAS

El monitor de Top Class Ski Jordi Ramoneda haciendo una bajada en Port Ainé con un bi-ski.

El monitor de Top Class Ski Jordi Ramoneda haciendo una bajada en Port Ainé con un bi-ski.M. CODINAS

El monitor de Top Class Ski Jordi Ramoneda haciendo una bajada en Port Ainé con un bi-ski.

El monitor de Top Class Ski Jordi Ramoneda haciendo una bajada en Port Ainé con un bi-ski.M. CODINAS

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