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Las obras de construcción de una nueva residencia en Mollerussa, en marcha este año
El equipamiento tendrá entre 120 y 140 plazas junto con 30 más de centro de día
La construcción de una nueva residencia en Mollerussa empezará durante los primeros meses de este 2023. El proyecto, a cargo de inversores privados de Mollerussa y el Pla d’Urgell, ya está listo y contempla dotar la ciudad con entre 120 y 140 plazas residenciales junto con 30 de centro de día. Serán unos 6.500 metros cuadrados de superficie construida.
Los terrenos se encuentran ubicados alrededor del edificio municipal de Cal Castelló (entre las calles Cervera y Ferrer Busquets) y constará de una planta baja más cuatro plantas superiores.El alcalde, Marc Solsona, se mostró satisfecho de esta obra que contribuirá a reducir el déficit evidente de plazas residenciales en esta ciudad. Según el proyecto, serán unas instalaciones modernas, luminosas, accesibles y adaptadas a las necesidades y diferentes niveles de dependencia de los residentes, con unidades de convivencia inferiores a 20 personas. También plantea recursos innovadores para la estimulación física, cognitiva y emocional de los residentes.
En la actualidad, Mollerussa solo cuenta con la residencia y centro de día de Can Jaques, que gestionan los Hermanos de la Cruz Blanca. El nuevo proyecto cubrirá una demanda reivindicada por los vecinos, que en muchos casos se han visto obligados a buscar plazas de residencia en El Palau, Bellvís o Vilanova de Bellpuig.
Unos 60.000 euros para rehabilitar el edificio de Cal Castelló
La nueva residencia se construirá sobre unos terrenos privados, pero Cal Castelló continuará siendo un edificio municipal. El consistorio también llevará a cabo este año obras de reforma de este equipamiento, que se centrarán básicamente en preservar la cubierta y también la fachada. Por este motivo, se ha incluido una partida de 60.000 euros en el presupuesto de este 2023, aprobado el miércoles 28 de diciembre, con un importe total de 1,9 millones de euros.El ayuntamiento de Mollerussa adquirió el 2015 el edificio Cal Castelló, con el principal objetivo de preservar edificios característicos y con historia de la ciudad, un espacio que inicialmente se planteó como sede de actividades culturales y zona verde.