ENERGÍA RENOVABLE
Un grupo danés impulsa en Lleida dos plantas para producir gas con residuos
El grupo danés Copenhagen Infrastructure Partners, uno de los grandes inversores europeos en energías renovables, proyecta dos grandes plantas en Lleida para producir gas a partir de residuos orgánicos e inyectarlo en la red de distribución para venderlo. Ha iniciado la tramitación de la primera en La Sentiu y prevé construir otra en Linyola.
Uno de los grandes inversores europeos en materia de energías renovables prepara su desembarco en Lleida. Se trata del grupo danés Copenhagen Infrastructure Partners (CIP), que promueve dos grandes plantas de biometano en las comarcas del llano. En ellas proyecta producir gas a partir de purines y otros residuos orgánicos e inyectarlo en la red de distribución gasística para venderlo. A través de una firma local ha iniciado los trámites del primero de los dos complejos en La Sentiu de Sió, y espera construir otro en Linyola.
Su intención es poder iniciar obras en 2024. Al menos otros cinco proyectos en marcha en Lleida pretenden usar deyecciones y otros residuos orgánicos para obtener gas renovable o biometano: biogás procedente de emanaciones de materia orgánica refinado hasta igualar el poder calorífico del gas natural fósil. Sin embargo, el grupo danés prevé hacerlo a una escala hasta ahora inédita.
Los primeros documentos en tramitación para la planta de La Sentiu de Sió apuntan que será “la primera en el sur de Europa” en tamaño y volumen de producción, y las cifras que presenta parecen corroborarlo.El promotor calcula que cada una de las plantas supondrá una inversión de entre 75 y 90 millones de euros. La de La Sentiu de Sió requerirá entre 35 y 40 empleos directos y se espera que su producción de biometano alcance los 227 gigavatios/hora (GWh) al año. La empresa destaca que es “el equivalente al consumo de 26.000 viviendas”.
Para ello prevé emplear residuos de la industria agroalimentaria que van desde purines y estiércol hasta cadáveres de animales, desechos de mataderos y lodos de depuradoras.Además de gas renovable, las plantas de La Sentiu de Sió y Linyola prevén obtener otros productos como resultado del proceso de tratamiento de residuos orgánicos. En primer lugar, un fertilizante granulado a partir de la fracción sólida de los residuos. En segundo lugar, agua depurada que podrá emplearse en riegos. Asimismo, espera conseguir dióxido de carbono (CO2) licuado de las emanaciones del complejo, un gas con diferentes aplicaciones industriales.
El promotor espera poder llevar a cabo las obras a partir de 2024
Copenhagen Infrastructure Partners (CIP) desarrolla las dos plantas de biometano en colaboración con la firma leridana Connect Bioenergy. En su web oficial, la firma danesa indicó que esperan poder tomar la “decisión final de inversión” en 2024 y asegura que la instalación prevista en La Sentiu de Sió es “un proyecto de importancia estratégica” para la Generalitat, que deberá dar su visto bueno ambiental y urbanístico.
“Esto implica que la solicitud de permisos tendrá prioridad para la administración catalana”, afirma CIP. “Vemos un gran potencial en convertir residuos orgánicos en gas renovable”, afirma Thomas Dalsgaard, socio de CIP, en un comunicado en la web del grupo danés. “Creemos que la bioenergía avanzada tiene un papel clave en la transición verde, con el reemplazo de los combustibles fósiles”, añadió, y recalcó el “reconocimiento” que el proyecto de La Sentiu ha recibido por parte del Ejecutivo catalán. Esta instalación ha recibido ya un primer informe de la comisión de Urbanismo de Lleida y ha iniciado su tramitación ambiental ante la Generalitat.
Primeros pasos en la Noguera y el Pla está a la espera del proyecto
Mientras el proyecto de la planta de biometano de La Sentiu ha iniciado su tramitación ante la Generalitat, el de Linyola es todavía una incógnita. Lo único que consta en los documentos hechos públicos hasta ahora es que compartirá una subestación eléctrica con la instalación de la Noguera.
“Lo que sabemos sobre la planta de Linyola es lo que su promotor ha manifestado”, explicó ayer el alcalde de esta localidad del Pla d’Urgell, Àlex Mases. El primer edil explicó que se han puesto en contacto con la firma promotora para saber más sobre esta iniciativa, pero puntualizó que el consistorio no se posicionará al respecto hasta tener sobre la mesa el proyecto. “Cuando sepamos con exactitud qué es lo que se quiere hacer organizaremos una reunión con los vecinos del pueblo, por ahora no hay nada seguro”, concluyó el alcalde.
La planta de biometano se plantea meses después de que otro proyecto relacionado con la gestión de residuos orgánicos, una planta de compostaje para una granja ya existente, provocase protestas entre los vecinos, que desplegaron pancartas en contra el pasado verano.