El Ball de l'Ossa vuelve el sábado a la Seu d'Urgell después de cien años y de la mano de la Germandad de Sant Sebastià
La fiesta de tres localidades norcatalanas y dos de Andorra, declarada recientemente como Patrimonio Inmaterial de la Unesco
El Ball de l'Ossa se volverá a representar este sábado en la Seu d'Urgell, más de cien años después de que esta tradición se acabara perdiendo en la capital alturgellenca. Desde la Germandad de Sant Sebastià han estado trabajando en los últimos tres años en su recuperación, que se enmarca en los actos festivos de Carnaval. Unas 25 personas le acompañarán cantando una pieza que ha compuesto al artista Arnau Obiols. Todo coincide con la declaración, a finales de noviembre, de varias fiestas de este tipo como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. Concretamente, se trata de las que se llevan a cabo en los pueblos de Arlès, Prats de Molló y Sant Llorenç de Cerdans, en el Alt Vallespir, y en las parroquias andorranas de Encamp y Ordino.
La celebración empezará a las diez y media de la mañana en la plaza de Soldevila de la Seu d'Urgell, donde se hará un desayuno de cazadores que recreará un momento de reunión entre ellos para decidir que hacer con una osa que se encuentra en los alrededores de la ciudad pirenaica. El momento de la entrada, denominado 'Arruix', tendrá lugar a las doce del mediodía, cuando se verá el animal saliente por varias calles del centro histórico. Entonces, este se irá desplazando hacia la plaza del Patalín, donde un domador la hará bailar, acción que después se repetirá en la plaza dels Oms.
Toni Gasset, Hermano Major de la Germandat de San Sebastián, señala que la idea inicial de recuperar el tradicional Ball de l'Ossa fue de su antecesor en el cargo, Climent Miró. Con la pandemia, sin embargo, el proyecto quedó parado hasta que se ha podido reprender en los últimos meses con el fin de poder hacerlo realidad. Varias fuentes orales, entre ellos el padre de Gasset, que nació en 1915, explicaban que cuando eran pequeños habían visto por Carnaval a una persona disfrazada con pieles de osa en la espalda, a la cual la gente "le iba dando golpes".
El Hermano Major cree que la fiesta tenía una finalidad puramente lúdica y que buscaba simular que había osas en las montañas y que se podía ir a cazarlas. Ahora, el formato se ha adaptado a los tiempos y costumbres actuales y el disfraz, que en su día se confeccionaba con pieles de cordero, es sintético y proviene de los Estados Unidos. Teniendo en cuenta que en el pueblo de Vilanova de Banat, en Alàs i Cerc (Alt Urgell), el baile se mantuvo hasta los años 60 y era similar, también se han basado en los documentos gráficos que se conservan de cara a la recuperación de la tradición en la Seu d'Urgell.
Pere Cerqueda conserva fotografías del Ball de l'Ossa de Vilanova de Banat, que él mismo vio cuándo era un niño, entre los años 1952 y 1956. Así, recuerda que el animal iba atado con una cadena de hierro y llevaba una máscara antigás a la cara. También, que le llamaba la atención un personaje que lo acompañaba y que era el encargado de crear un ambiente de discordia entre el público. En este sentido, dice que era muy parecido al popular Don Cicuta del programa televisivo 'Un, dos tres' y que iba diciendo a la gente que era derrochadora y que tanta diversión les pasaría factura.