AGUAS SEQUÍA
La sequía hace aflorar las antiguas minas de carbón de Corçà, en Àger
La sequía ha sacado a luz los restos de las antiguas minas de carbón de Corçà, en Àger, en un punto de la cola de Canelles donde el pantano está casi vacío. Esta antigua explotación minera se suma a otros vestigios del pasado de Lleida que han aflorado al descender las reservas de los pantanos, como las ruinas de los pueblos de Blancafort y la vieja Tiurana. A finales de los años 40 del siglo pasado, trabajaban en las minas de Corçà tanto mineros profesionales como reclutas que cumplían o sustituían en servicio militar extrayendo carbón.
Había trabajadores de Àger y Corçà, de pueblos de la Ribagorza aragonesa como Tolva, Ciscar, Finestres o Montfalcó, y de otras comunidades como Asturias y Murcia.
La falta de agua permite identificar algunos elementos mineros como la tolva y el acceso a la mina
Las minas de Corçà estuvieron abiertas desde 1940 hasta 1960, aunque antes de la Guerra Civil ya se extraía mineral. Era de “mucha calidad”, según el profesor de la UdL de historia del arte antiguo y medieval, Francesc Fité. El cierre se debió a varios motivos, en especial el elevado coste de producción, las escasas reservas y la construcción del pantano de Canelles.
Fité, que también es miembro de la Fundació Arnau Mir de Tost de Àger, explicó que el hecho que en Corçà hubiera minas hizo que otros pueblos como Agullò y Àger estuvieran muy poblados, con trabajadores llegados de distintos puntos de España, muchos de ellos andaluces. Apuntó que la explotación del carbón en la Vall d’Àger se sitúa en un contexto de posguerra, un momento duro y de autoarquía en el que la dictadura de Franco buscaba abastecerse con recursos propios. Se habilitó un camino hasta Corçà, una parte del cual aún está en uso hoy en día y un puente colgante para cruzar el río Noguera Ribagorçana hacia Montfalcó.
Sin el agua de Canelles se pueden identificar algunos elementos mineros. Solo se conservan los cimientos, pero se identifica la tolva de carga y parte de la cinta transportadora, la carretera de acceso y otros restos situados en torno a la bocamina. Es posible acceder al interior de la mina y recorrer unos 50 metros hasta un gran hundimiento que impide continuar.
Blancafort y la antigua Tiurana, a la vista
Canelles está al 23% de su capacidad y la sequía ha hecho aflorar las ruinas del pueblo de Blancafort y la ermita de Sant Salvador. La falta de agua impide navegar y lugares que solo eran accesibles en embarcaciones ahora solo se pueden visitar a pie, como las minas de Corçà y la muralla de Finestres, en cuyo entorno vuelven a ser visibles antiguos muros. En Rialb, el descenso de las reservas (ahora al 12%) ha puesto al descubierto los vestigios del viejo pueblo de Tiurana y restos de viñedos y olivares en La Clua, en Bassella. Oliana está al 42%.
Reto de modernización y digitalización
La Feria de Zaragoza acoge hoy la jornada El reto de la modernización y digitalización del regadío, a la que acudirán las comunidades de regantes de Lleida. El Aragón y Catalunya tiene el 90% de su superficie modernizada, Pinyana más de 3.000 Has y otras 1.300 en proyecto, y el Canal d’Urgell prevé modernizar 11.000.