URBANISMO INUNDABILIDAD
Once campings de Lleida suspenden el examen de la CHE y deben reordenarse
La Confederación Hidrográfica del Ebro ha informado desfavorablemente once planes especiales urbanísticos presentados por otros tantos campings de Lleida durante el proceso de adaptación de sus instalaciones a la normativa de inundabilidad. Otros 12 se han informado favorablemente; dos están en estudio y en el resto falta información.
La Confederación Hidrográfica del Ebro ha analizado más de cuarenta planes especiales urbanísticos de otros tantos campings de Lleida que están en proceso de adaptación de sus instalaciones a la normativa sobre riesgo de inundaciones y ha informado desfavorablemente en el caso de once de los expedientes. Esto implica, según fuentes del organismo de cuenca, que “tal y como están planteados, la ubicación de algunas actividades entraña riesgo y deben reordenarse”.
La normativa sobre riesgo de inundaciones es muy restrictiva en cuanto a las pernoctaciones en zonas inundables o de flujo preferente. Esto obligaría a buscar alternativas para la ubicación de una parte importante de la actividad de los campings. Sin embargo, fuentes del sector turístico apuntan la dificultad de ampliar las instalaciones si lo requiere esta regularización ya que la mayoría se encuentra en espacios muy acotados junto al río.
Si bien la CHE no detalló la ubicación de los campings, el Pallars Sobirà, la Val d’Aran y el Alt Urgell concentran la mayoría de plazas de acampada en Lleida. Los once expedientes informados negativamente suponen casi la mitad de todos los que han sido resueltos: de los más de cuarenta, doce han sido informados favorablemente, hay dos más en estudio y el resto “requieren de más información, aspecto que ya ha sido comunicado”, señalaron fuentes de la Confederación. Frente a la postura de la administración hidráulica, que defiende que todos los equipamientos deben respetar los límites de las zonas inundables para el desarrollo de una parte de las actividades, el sector turístico considera que la introducción de radares meteorológicos, sensores en las cabeceras de los ríos y sistemas de alertas primerizas de inundación (SAPI) son instrumentos que deberían flexibilizar la implantación de zonas de acampada en espacios inundables al permitir mecanismos de aviso y evacuación con suficiente antelación, señalan (ver desglose).La adaptación de los campings a esta normativa comenzó hace al menos 17 años tras firmar el sector un convenio con el ACA para regularlos.
“La normativa pide gestionar el riesgo de inundación, no eliminarlo”
El sector turístico se ha mostrado crítico con la normativa sobre inundabilidad que afecta especialmente a los campings al considerarla excesivamente restrictiva. “Lo que pide la directiva de la Unión Europea (que inspira la ley española) es que se gestione el riesgo de inundabilidad”, no que se elimine, asegura Ramon Solsona, secretario general de la Federación de Hostelería de Lleida. Pese a todo, señaló, “estamos en un momento de desbloqueo y de maduración” en la regularización de las instalaciones y su adaptación a la normativa sobre inundabilidad.
De hecho, el proceso comenzó con un convenio en 2006 entre la asociación de campings de Lleida y la Agència Catalana de l’Aigua para que el organismo de cuenca catalán elaborara estudios de inundabilidad para cada instalación leridana. “El instrumento actual para regularlos es el plan especial urbanístico”, señala Solsona. Y se le añaden los planes de autoprotección. “El 80% de los campings de montaña están afectados” por estas restricciones, señaló. Defendió como alternativas para la gestión del riesgo ante riadas la tecnología que aportan los sensores, los sistemas SAPI y los radares meteorológicos de previsión.
Un sector en auge con una decena de proyectos en cartera
Las comarcas de Lleida cuentan en la actualidad con más de 60 campings principalmente ubicados en el Pirineo. De hecho, el Pallars Sobirà concentra 22 de estos establecimientos y Espot es el municipio que más tiene (seis en total). Esta comarca ofrece hasta 7.800 plazas de camping, lo que supone el 34% del total. Espot, junto con La Vall de Cardós y Sort, suman 5.000 plazas de camping, el 22% del total.
Le siguen la Val d’Aran, con 3.069 plazas de camping, y el Alt Urgell, con 2.625. Además, según la asociación de campings de Lleida, actualmente hay una decena de proyectos en marcha, entre los que destacan un equipamiento en Almatret, uno en Les Basses d’Alpicat de Lleida y en una finca donde se celebran banquetes.De hecho, el de los campings es uno de los sectores que más empuje está viviendo en las últmas temporadas, a tenor de los datos del patronato de Turismo. En parte, es gracias a la pandemia, que ha fomentado una preferencia por espacios abiertos y cercanos a la naturaleza a la hora de planificar las vacaciones. El año pasado, por ejemplo, el sector registró un incremento de casi el 30% en número de pernoctaciones durante los meses de enero a septiembre.
Diez años de las peores riadas de este siglo en la Val d’Aran y el Sobirà
El 18 de junio próximo se cumplirán diez años de una fuerte riada que afectó especialmente al río Garona y al Noguera Pallaresa. En el primer caso, de un caudal medio de 17 metros cúbicos por segundo se pasó a hasta 400. En la Val d’Aran dejó daños por valor de millones de euros en infraestructuras y en actividades como el turismo a las puertas del puente de Sant Joan. Pese a todo, no hubo víctimas. Con los antecedentes de las mortales inundaciones de Biescas (Huesca) en 1996, la normativa se ha ido endureciendo en las últimas décadas hasta la actualidad, en que hay detallados mapas sobre zonas y riesgos según su proximidad a los cauces y ello limita su actividad.