AGRICULTURA PLAGAS
Abaten 6.500 conejos en 57 batidas nocturnas en un mes en Lleida
Las fincas más afectadas están en el Urgell, Les Garrigues y parte del Segrià|| Frente común para frenar la sobrepoblación de estos animales, que dañan los cultivos
Un total de 57 batidas nocturnas han permitido capturar más de 6.500 conejos desde la declaración de emergencia cinegética hace un mes para evitar daños en la agricultura. Se han hecho en 91 áreas privadas de caza del llano de Lleida con más de 1.800 km² para reducir la sobrepoblación. El objetivo del Govern es capturar más de 285.000 hasta septiembre para “llegar a una población de menos de 50 animales por km² y reducir perjuicios”, destacó Anna Sanitjas, directora general de Ecosistemas Forestales y Gestión del Medio.
La valoración es muy positiva porque se ha conseguido focalizar la problemática y “trabajar de forma transversal entre payeses, Generalitat y sociedades de cazadores”. La próxima semana se celebra la Taula de Cogestió del Conill para actualizar datos. Sanitjas añadió que se ha habilitado un sistema de comunicación de daños para actuar de forma más rápida en las zonas más afectadas.
En un mes, un total de 633 fincas han comunicado daños y las más afectadas se concentran en Verdú, Seròs, Tàrrega, Maldà, Els Plans de Sió, Aitona, Les Borges y Arbeca. Apuntó que en 400 de estas fincas están dando respuesta las áreas privadas de caza y en el resto la conselleria con las brigadas específicas instalando trampas o haciendo batidas nocturnas. Otras medidas complementarias a las que hizo referencia son los equipos que instalan jaulas (un total de 4 equipos con 3 personas cada uno), el chipaje de unos 500 hurones y el tratamiento con fosfuro de aluminio en infraestructuras.
En una visita a campos de cereal arrasados por los conejos en Verdú, la consellera de Acción Climática, Teresa Jordà, afirmó que esta sobrepoblación “es un fenómeno que hipoteca la producción de alimentos, representa un problema de salud pública en el campo, pone en riesgo la continuidad de los agricultores, y por tanto, debilita la cohesión territorial. Los sindicatos agrarios UP y Asaja reclamaron ser ágiles en la aplicación de medidas e intervenir en los cotos “donde no se actúa ni se deja actuar”. La Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya se ofreció como punto de centros logísticos para dar una respuesta más eficaz y reclamó la revisión de seguros para una mayor cobertura.