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Muchos proyectos desencallados
El presente mandato ha estado marcado por el parón que ha supuesto la Covid y las obligadas obras de remodelación de la piscina municipal cubierta, que han costado más de un millón de euros. El consistorio se ha hecho cargo de ella y ha externalizado las actividades que acoge el inmueble. Si bien no se han materializado muchos grandes proyectos, sí se han dejado encarrilados muchos de ellos para que vean la luz en los próximos meses.
Entre ellos destacan la ampliación del Centro de Atención Primaria (CAP), la construcción de la nueva estación de autobuses junto a la del tren o el nuevo polígono industrial del Boscarró Nord. En cuanto a obras que se han llevado a cabo, cabe destacar la reforma de la plaza de les Bòbiles. Supone una apuesta por la sostenibilidad y para generar un nuevo pulmón verde en la ciudad.
También destaca el albergue para peregrinos en Cal Trepat y la puesta en funcionamiento de un espacio para practicar atletismo en el Parc Esportiu. Este último fue el proyecto elegido por los vecinos en los segundos presupuestos participativos convocados por el ayuntamiento. Sin embargo, ha recibido algunas críticas por su sencillez, aunque solo contaba con una partida de 100.000 euros y están prevists nuevas fases.
A pesar de haber impulsado obras, también se ha reducido la deuda en 5 millones, y ha pasado de 9,5 a 4,5 millones. Una de las polémicas del mandato ha sido el cierre del albergue para transúntes, que el gobierno defiende porque no cumplía la normativa y muchas noches no había ningún usuario. También ha recibido críticas la subida de la tasa de recogida de basura, que en los últimos tres años ha aumentado un 60%.