SEQUÍA
La CHE prevé que el 50% de la cuenca se encuentre en estado de emergencia a finales de mes por la falta de precipitaciones
Se intensificará la coordinación con la ACA por la vigilancia del movimiento hidráulico y el control de caudales ecológicos
La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) cree que a finales de mayo, el 50% de la cuenca estará en estado de emergencia por la sequía. Así lo ha dicho la presidenta del ente, Maria Dolores Pascual, en una rueda de prensa antes de la primera comisión del Plan especial de sequía. Las cuencas del Gállego-Cinca y la del Huerva se sumarán a las que ya están en emergencia y por eso se pasará del 30% actual al 50%. En este sentido, ha recordado que un 65% de la cuenca se encuentra en "sequía prolongada". La CHE prevé también que la situación empeore de cara al verano ya que no se esperan lluvias importantes. Entre medidas a adoptar, en Catalunya se intensificará la coordinación con la Agencia Catalana del Agua (ACA) para la vigilancia y control de caudales.
Pascual ha remarcado que desde el 26 de abril la situación en la cuenca del Ebro ha empeorado en general a pesar de algunas lluvias en el norte de Navarra que no han modificado el estado de las reservas. Cada 15 días la CHE hace un avance de la situación y anticipan que a finales de mayo, entren en estado de emergencia dos nuevas zonas, la cuenca del Gállego-Cinca y la del Huerva. Se sumarán a las que ya estaban declaradas como son las del eje del Ebro, la del Iregua, la del Baix Ebre, la del Segre, y la de Aragón y Arbas. En alerta quedarán las del Noguera Pallaresa, la de la Noguera Ribagorçana y la del Ésera, que también empeorarán pero no llegarán a entrar en emergencia el 31 de mayo.
La comisión permanente celebrada este jueves en Zaragoza ha servido para repasar las medidas adoptadas por la sequía, sobre todo las relacionadas con el regadío, ya que es el sector que más consume. De momento, la CHE ya ha hecho declaraciones de situación excepcional por sequía extraordinaria en la cuenca del Segre, que era el más preocupante pero también al Baix Ebre y otros tres de Aragón y la Rioja. Esta declaración permite que los usuarios puedan optar a ayudas y también ahorro en el canon y las tarifas del agua.
Pascual ha reconocido que a medida que la situación empeore habrá que coger nuevas restricciones, especialmente a los usuarios del regadío. En ningún caso, ha dicho, están hablando de restricciones para el uso de boca, pero si que se podrían aplicar para usos de generación de energía, u otros de carácter industrial. El objetivo de la CHE es también trasladar un mensaje de concienciación a la población porque la sequía es "importando y será larga".
La CHE también intensificará el control de los aforos para caudales ecológicos y con respecto a los vertidos, ya que habrá menos caudales y podrían provocar daños en el medio hidráulico. En el caso de Catalunya la vigilancia compete a la Agencia Catalana del Agua (ACA) y por eso, Pascual ha dicho que se coordinarán para vigilar las cuencas de la parte catalana.
Pascual ha reiterado que esta sequía es de las más graves que ha sufrido la confederación, ya que se llega después de un 2022 muy seco, donde ya hubo restricciones pero se consiguió salvar la campaña gracias a las reservas. No ha llovido desde entonces y el que ha nevado no ha llegado en los embalses, por eso, la situación actual todavía es peor y no hay buenos pronósticos.
Entidades ecologistas piden no tocar los caudales ecológicos
Las entidades ecologistas Seo BirdLife, la Plataforma en defensa del Ebro e Ipcena - Ecologistas de Catalunya, han reclamado que no se toquen los caudales ecológicos de los ríos ante la propuesta del borrador del Plan de sequía de la CHE. Consideran que esta medida pondría en riesgo la conservación de las zonas húmedas y han reclamado que se aseguren los caudales ecológicos como elemento de preservación de la biodiversidad, calidad del agua y de la actividad económica a lo largo de las cuencas.
Las entidades, han puesto de relieve, en el contexto de cambio climático actual, la "incongruencia" de un plan de sequía, que se centra básicamente en la reducción de los caudales ecológicos, sin incluir la revisión a la baja de las nuevas demandas de regadíos de los últimos 20 años. Los ecologistas también apuntan directamente a las 360 centrales hidroeléctricas de la cuenca del Ebro ya que consideran que sustraen de los cauces caudales importantes, en periodos de sequía, y las ven como principal causa de la reducción de los caudales ecológicos.
Asimismo, también ven la cuenca del Segre "absolutamente deficitaria" y que la construcción de nuevos embalses como Rialb, no han aumentado la garantía de disponer de agua sino que han incrementado la demanda y con eso se han agotado los recursos disponibles a mayor velocidad, poniendo en riesgo el poder dar servicio a riegos históricos como el canal de Urgell.