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Plantan unos 7.000 árboles frutales en el Pallars Sobirà para facilitar alimento al oso y alejarlo de los pueblos

Se trata de variedades autóctonas de manzanos, cerezos o serbales

Un joven protegiendo los árboles frutales que se han plantado en la zona de Quanca, en el Pallars Sobirà, para favorecer la conservación del oso pardo

Plantan unos 7.000 árboles frutales en el Pallars Sobirà para facilitar alimento al oso y alejarlo de los pueblosMarta Lluvich / ACN

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Unos terrenos municipales de Lladorre, en el Pallars Sobirà, acogen la plantación de unos 7.000 árboles frutales para contribuir a la conservación del oso pardo. Con estos árboles situados en zonas alejadas de las poblaciones, se facilita alimento al plantígrado y se evita que lo vaya a buscar en zonas próximas a los pueblos. El proyecto 'Enriquecimiento de la biodiversidad en zonas osarios' desarrollado por la Fundación Oso Pardo (FOP) con la colaboración de Endesa, se mandó el año 2016 para diseñar una red de espacios que facilitaran el movimiento y la dispersión de la especie a toda el área de los Pirineos. Con este objetivo se diseñaron 17 zonas donde se han plantado árboles como manzanos, cerezos o serbales.

El objetivo principal del proyecto es restaurar el hábitat del oso pardo en zonas que han perdido cobertura vegetal. Maria Gómez, de la Fundación Oso Pardo, ha explicado que para conseguirlo se está creando una red de bosques de enriquecimiento y alimentación repartidos estratégicamente entre las zonas de presencia de osas con crías en la comarca del Pallars Sobirà, principalmente.

Gómez ha detallado que las plantaciones se han hecho en lugar de grandes extensiones de terreno. Este concepto de plantación busca que la mejora del hábitat del oso tenga una repercusión más amplia, ya que alcanza abarcar una extensión mayor de territorio.

Los árboles frutales silvestres suponen una fuente de alimentación fundamental para los osos, por lo quedisponer de un hábitat rico en este recurso contribuye tanto a mejorar las expectativas de la especie como a conciliar su presencia con las actividades humanas al proporcionar esta fuente de alimentación en su medio natural.

Manzanos, cerezos y serbales

Alejandro Rodríguez, ha explicado que la plantación, que este jueves ha finalizado, se ha llevado a cabo en dos fases: la primera, la primavera pasada, cuándo se plantaron 1.200 árboles (cerezos y manzanos), y la segunda, que empezó el último mes de marzo, en que se han plantado 5.800 árboles más. De entre ellos, 4.000 son serbales, 910 cerezos y 800 manzanos. Rodríguez ha insistido en el hecho de que todas las variedades son autóctonas y estuvo en un vivero local donde se hicieron crecer la semilla de todos estos árboles.

Esta plantación se suma a una anterior hecha los años 2018 y 2019 en una superficie de más de 7 hectáreas, en las que se introdujeron 9.150 árboles frutales para el oso pardo (frambuesa, manzano, cerezo, serbal y púdol).

El responsable de medio Ambiente de Endesa ha detallado que se prevé que los árboles plantados absorberán, durante los próximos 30 años, un total de 1.665 toneladas de CO₂, el equivalente a las emisiones que generaría un avión que hiciera un poco más de 1,7 vueltas al mundo.

Plantaciones en el Parc Natural de l'Alt Pirineu

La plantación se ha llevado a cabo en el interior del Parc Natural de l'Alt Pirineu, y el resto, en terrenos limítrofes. Parte de los terrenos son de titularidad privada y también pública, mayoritariamente propiedad del ayuntamiento de Lladorre. Con todos ellos, se firma un acuerdo de custodia del territorio para asegurar la continuidad del proyecto.

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