ELECCIONES
Aran: protegir era identitat
Aran recuperó sus instituciones con la ley de 1991, con lo que las de este mes son las novenas elecciones al Conselh.
Más de 7.200 araneses elegirán el día 28 algo más que a sus alcaldes. Desde 1991, cuando entró en vigor la primera ley d’Aran en democracia, votan la composición del Conselh Generau, que forman 13 conselhèrs, y entre ellos se elige al máximo representante aranés. Este año será de nuevo una mujer. Actualmente el pleno del Conselh lo forman 9 conselhèrs de Unitat d’Aran y cuatro de Convergéncia Aranesa. Por primera vez, ambos partidos tienen a una mujer como cabeza de lista: Maria Vergés, que ejerce desde 2020 el cargo de Síndica en sustitución de Paco Boya (UA), nombrado secretario general del ministerio para la Transición Ecológica, y Ròsa Maria Salgueiro, que tiene ante sí el reto de ocupar el vacío que dejó el exsíndic Carlos Barrera (20 años en el cargo), fallecido en abril del año pasado. Dieciocho listas concurren a las elecciones al Conselh Generau por los seis terçons que equivalen a la circunscripción electoral.
Además de UA (en coalición con PSC) y CA, también se presentan Aran Amassa (ligada a Acord Municipal, de ERC), y el Partit Renovador d’Arties e Garòs (PRAG), que entre 1999 y 2019 tuvo un escaño.La protección de la lengua y la identidad y el despliegue de la segunda ley d’Aran (2015) son a todas luces los principales retos. Pero también el modelo turístico y las principales conexiones por carretera (N-230 y C-28). La actual Síndica advierte que el uso social del aranés está en mínimos históricos y reclama más dotación para defenderlo.
En cuanto al turismo, el Estado ha concedido 2,5 millones para redactar un plan de sostenibilidad turística que pretende diversificar la oferta más allá de la nieve y desestacionalizar la demanda. Durante el mandato que ahora acaba los representantes del valle se han mostrado mayoritariamente partidarios de los JJOO del Pirineo, una candidatura finalmente aparcada. La vivienda se ha convertido en Aran, como en otros puntos del Pirineo, en un callejón de difícil salida. La demanda turística ha disparado los precios y dificulta el acceso a un piso de los vecinos del valle. Las administraciones ha comenzado a regular el sector.
