SEGRE

A vista de pueblo

El reto de vivir en el secano

Alfés, entre el tomillar y Mas de Melons, intenta sobrellevar carga que suponen las zepas

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Miles de hectáreas de secano están protegidas en Lleida por ser zonas de interés por sus aves. Los pueblos afectados tienen el reto de superar esta limitación e incentivar su desarrollo. Un claro ejemplo es Alfés.

Lleida tiene más de 54.000 ha de secanos repartidas por las comarcas de Les Garrigues, el Segrià, la Noguera, el Urgell y la Segarra. Son zonas incluidas en la Red Natura 2000 por su interés paisajístico y ornitológico ya que acogen especies de pájaros muy caros de ver para los expertos. La mayoría son zonas de especial protección de aves (zepas) donde está excluido el regadío o solo se utiliza como apoyo a cultivos.

Las zonas protegidas (zepas) de Mas de Melons-Alfés y el tomillar de este último municipio en el Segrià son un ejemplo. Sin embargo, para la mayoría de los vecinos poder vivir respetando los ecosistemas no es ninguna panacea sino un freno a su desarrollo, también agrícola. Alfés contaba con convertir en regadío más de 3.000 hectáreas dentro del sistema Segarra-Garrigues que debido a la protección de la fauna se han quedado en menos de la mitad que se abastecen mediante elevaciones por bombeo del Segre.

A este hecho hay que sumar la presencia de una ave de la que todos los habitantes de Alfés han oído hablar pero que muy pocos, por no decir ninguno, ha visto en el tomillar: la alondra dupont. “Los expertos dicen que se oye pero no se deja ver, por lo que estamos ante un acto de fe”, afirman. En septiembre de 2019 la Generalitat confirmó que esta especie había vuelto al tomillar, una ave que determinó años antes que el proyecto del aeropuerto de Lleida se fuera a Alguaire (ver desglose). Cuatro años después el Estado la ha declarado en peligro de extinción junto al urogallo y el sisón para extremar más aún su protección al considerar que se encuentra en claro declive.

Los vecinos consideran que poco han hecho ecologistas y Administración para conservar el único aliciente turístico que se supone que tienen. Conservar la alondra también fue un factor decisivo para que la Justicia ordenara cerrar el histórico aeródromo de Alfés en 2015, que trasladó su sede a Alguaire. En estos últimos años las instalaciones del aeródromo, que el consistorio siempre ha reclamado para el pueblo, se han ido degradando hasta tal punto que durante este mandato la Generalitat, propietaria del complejo, planteó derribarlo en parte para impulsar el tomillar. Esta situación también repercute directamente, en el desarrollo y promoción de las antiguas instalaciones de la Guerra Civil que se conservan como atractivo turístico y cultural.

En definitiva, la protección de los secanos y de su avifauna ha condenado a Alfés a vivir de la agricultura. Sin embargo, “con la sequía las cosas se están poniendo muy dífíciles. Los jóvenes que quedamos dedicados al campo somos pocos y solo podremos cosechar los que tenemos regadío”. “Es un pueblo al lado de Lleida donde se han mejorado mucho los servicios y equipamientos, pero si el campo no da, tendremos que irnos a la ciudad”.

BALANCE MUNICIPAL

Ni aeropuerto ni compensación por no regar

En estos últimos cuatro años el ayuntamiento ha trabajado para que los habitantes de Alfés tuvieran equipamientos y servicios que hicieran cómoda la vida en un pueblo que tiene a menos de un cuarto de hora la ciudad. Esta proximidad y, por tanto, la cercanía de la estación del AVE y de la AP-2, hace que no puedan sacarse la espina de que hubieran podido acoger el aeropuerto de Lleida perfectamente comunicado, sobre todo, cuando ya se contaba con experiencia en aviación. 

Poco importa a los habitantes que se esgrima que las aves cada vez atraen más a un turismo especializado. “Nosotros solo vemos a pequeños grupos de vez en cuando, pero esto no nos da de comer”, opinan. Estar supeditados al futuro de un pequeño pajarillo no gusta a la mayoría “sobre todo cuando ahora está, y ahora no. Tampoco hemos recibido ninguna compensación por echar al traste todas nuestras expectativas”. 

La agricultura es el único sector del que pende su desarrollo “pero vivir del secano es muy duro y sequías como la que estamos viviendo son un claro ejemplo porque las cosechas de cereal están perdidas. Los únicos que podrán salvar algo son lo que tienen terrenos en regadío”, afirman.

LA OPINIÓN

Dídac Sentís (Agricultor) «Conservar el territorio, solo lo hace el payés»

“Los únicos que conservamos el territorio somos los agricultores. Yo nunca he visto alondras en el tomillar, pero si las hay, siempre han convivido con la agricultura”.

Francisco Ros (Agricultor) «Perderemos todos los cultivos de secano»

“Todos los payeses que tenos cultivos en secano perderemos las cosechas porque la sequía es muy grave. Solo se salvarán las que riegan de las elevaciones del segre”

Maria Drudis (jubilada) «La vida en el pueblo sigue igual que antes»

“Yo ya soy muy mayor, llevo 67 años viviendo en Alfés y sí que ha habido avances desde cuando yo era lechera, pero la vida sigue estando como antes, en el campo”.

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