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Val d'Aran | Vivienda y pedanías, en la agenda

Vista de Vielha, capital y uno de los nueve municipios del valle.

Vista de Vielha, capital y uno de los nueve municipios del valle.FF

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Vielha ha tenido seis alcaldes en 44 años desde las primeras elecciones municipales de la democracia y solo dos (Joan Riu, de 2003 a 2007, y Àlex Moga, de 2011 a 2015) lo fueron por un único mandato. El actual primer edil, Juan Antonio Serrano (Unitat d’Aran-PSC), logró tanto en 2015 como en 2019 mayoría absoluta de concejales, si bien en el primero la perdió tras la marcha de uno de sus ediles a la oposición por desacuerdos sobre la regulación de los pisos turísticos. El alcalde persigue su tercera mayoría absoluta.

El domingo se enfrentará a otros cuatro candidatos: dos veteranos y dos noveles. El histórico exalcalde Pau Perdices (Convergéncia Aranesa) se retira y deja la política después de haber dirigido el ayuntamiento un mandato y medio: 1999-2003 y 2009-2011, tras un pacto con el ya fallecido Josep Calbetó (que a su vez fue primer edil de la capital aranesa 14 años).La vivienda ha sido, precisamente, uno de los retos de difícil solución que ha tenido que afrontar el consistorio en estos cuatro años y que a todas luces se perfila como uno de los callejones de compleja salida para los próximos años. Junto con la reforma del Palai de Gèu y la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno, el conflicto habitacional ha centrado buena parte del debate municipal en el mandato que ya acaba.

Actualmente, la capital de la Val d’Aran tiene unas 5.000 viviendas, de las que menos de la mitad son residencia principal (un 46% sobre un total de 4.446, según datos de la útima encuesta oficial del INE de 2011). Con 2.288 viviendas secundarias, 51 hoteles, 2 campings y 8 casas de turismo rural (que suman 4.467 plazas en su conjunto), y una elevada estacionalidad del turismo, en semanas de afluencia punta como las de la temporada de esquí la ciudad multiplica el número de residentes hasta rozar el colapso de algunos de sus servicios como el de limpieza.La eclosión de las viviendas de uso turístico (HUT, en sus siglas en catalán) ha situado por las nubes el precio de los alquileres y ha elevado tanto Vielha como Naut Aran a la categoría de zona turística tensionada comparable con Ibiza, Mallorca o Barcelona. La creación de vivienda social se ha puesto sobre la mesa como una de las soluciones para los vecinos que quieren quedarse a vivir en el valle o para los trabajadores de temporada.

El equipo de gobierno ha alertado que no figura entre sus competencias, si bien ha planteado medidas como la conversión de hasta cinco terrenos de uso hotelero que no se han desarrollado como zonas para vivienda social.El alcalde Serrano destaca además que la normativa sobre los HUT, con la que Vielha fue pionera al decretar además una moratoria en los permisos, “es la más restrictiva del Estado”. “Vielha tiene unos 300 y en los últimos cuatro años solo hemos dado 2 permisos más”, señala. Sin embargo, esta regulación no es suficiente para contener precios.

El consistorio también tiene suelo rescatado del Incasòl para promover vivienda social. El candidato de Convergéncia, con tres concejales, Enric Jiménez, considera que hay que aprovechar el patrimonio inmueble del ayuntamiento y las pedanías y rehabilitarlo como vivienda social. Julián Fernández, concejal y candidato de Podemos, incide en que los alquileres no bajan de los 1.000 euros al mes y apuesta por declarar el municipio zona tensionada según la nueva ley de vivienda.

También critica la poca inversión en las 12 pedanías y la escasa utilización de los remanentes municipales. En este punto coinciden la mayoría de los cinco candidatos, mientras que el alcalde defiende que su programa electoral incluye dar más autonomía y presupuesto a las pedanías.El Palai de Gèu ha centrado buena parte del gasto municipal en el último mandato tras constatarse graves problemas estructurales. El Palai cerró más de un año y medio y ha requerido una inversión de 800.000 euros.

Pese a todo, Serrano defiende que han pasado de 400 a 900 socios. En cuanto a los Juegos Olímpicos de Invierno, la Val defendió mayoritariamente su celebración, pero la candidatura ha quedado aparcada.

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