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Eth dia que er Garona bramèc

Hoy se cumplen 10 años de la riada que azotó Aran llevándose casas, puentes, calles y carreteras || Los daños se cifraron en al menos 60 millones en patrimonio tanto público como particular

El Garona, ya de nuevo en el cauce original, dejó un rastro de ruinas junto al golf de Salardú.

El Garona, ya de nuevo en el cauce original, dejó un rastro de ruinas junto al golf de Salardú.

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Era la madrugada después de la Hèsta d’Aran, un martes de hace 10 años. Pocas horas antes, el president Artur Mas había bailado la danza de la Giga sobre la hierba delante de la iglesia de Mijaran. Nada hacía presagiar que la lluvia arreciaría con tal intensidad que casi rozaría la tragedia.

El Conselh Generau había recibido un aviso el viernes anterior sobre la posibilidad de fuertes tormentas. Pero la ecuación fue más peligrosa: una ola de calor fundió en pocos días buena parte de los 100 hectómetros de nieve que aún quedaban en la cabecera del Garona, y en Vielha y en la Bonaigua cayeron en 24 horas 98 y 85 litros por metro cuadrado. Bien entrada la noche, el Garona comenzó a rugir.

Los araneses se mantuvieron en vilo: “Era como si estuvieras tumbado en medio de una partida de petanca”, recuerda Andreu Cortés, pompièr voluntario y actual alcalde de Les, en el Baish Aran. El desbordamiento comenzó unos cincuenta kilòmetros aguas arriba del Garona, donde coincide con el Valarties. El agua saltó la presa de Arties y el río Garona fue cogiendo dimensiones y fuerza hasta llevarse por delante las presas de Vielha, Benós y Bossòst porque las compuertas no se pudieron abrir.

E A lo largo del recorrido, el Garona se llevó por delante calles y tramos de carretera (el valle quedó aislado por la N-230 hacia el norte y hacia el sur y por la C-28), dos casas y al menos tres puentes. En el Baish Aran, el agua arrancó y arrastró un depósito de gas que fue tragado por el agua hasta que emergió pasada la pararela de Les y soltó todo el contenido.A diferencia de las inundaciones de 1963 o las de 1982, las de 2013 no causaron víctimas personales, pero sí daños millonarios. Las pérdidas entre particulares llegaron a los 20 millones de euros, contando solo las aseguradas, y los daños en el patrimonio público superaron de largo los 40 millones.

Los araneses vivieron días de mucho estrés, reconocen ahora, pero también de solidaridad. Unas 300 personas fueron evacuadas, principalmente de Arties, de Vielha y de Les. En Arties, los vecinos fueron trasladados a iglesias, casas particulares, el poliderpotivo de Salardú y otros puntos en cotas elevadas.

Los alcaldes coinciden en que quedan muy pocas secuelas de aquella riada y que, si se repitiera, el cauce estaría más preparado para soportar el envite del río Garona cuando ruge.

Vielha: el río se ‘come’ parte del campo de fútbol

En Vielha el Garona se comió parte del campo de fútbol y siguió creciendo en dirección a Mijaran, donde anegó todos los márgenes. En todo el valle, 4.000 abonados se quedaron sin suministro de luz y el gas se cortó. El transporte escolar quedó suspendidos y las escuelas cerraron ante la imposibilidad de desplazarse.

Once campings, en situación irregular tras el cambio de normativa

La Confederación Hidrográfica del Ebro tuvo que hacer frente hace diez años a daños millonarios en el cauce del Garona en Aran. Fuentes del organismo de cuenca señalan que las crecidas son imprevisibles y, si se suman al arrastre de numerosos objetos, naturales y urbanos a su paso, pueden desembocar en el desastre.

La directiva europea de evaluación y gestión de los riesgos de inundación aprobada en 2010 se trasladó a la normativa española en 2016 e introdujo el concepto del flujo preferente, que indica principalmente la zona que ocuparía cada río en una avenida con retorno de 100 años causando graves daños. Esta normativa ha condicionado el desarrollo en las zonas inundables y ha obligado a trasladar numerosas actividades.Por ejemplo, los campings. En este sentido, la CHE está colaborando con los titulares de campings situados en zona inundable por el paso de un río (que son la mayoría), que deben tramitar planes de seguridad.

En este sentido, han sido remitidos para informe algo más de 40 de esos campings en toda Lleida, de los cuales 12 se han informado favorablemente y 11 de forma desfavorable, lo que obliga a elaborarlos de nuevo e implica que están en situación irregular.El Noguera Pallaresa también registró aquel 18 de junio una importante avenida. Seis campings del Pallars y la Val d’Aran fueron desalojados. Por otra parte, el caudal impidió descensos de rafting y afectó gravemente el turismo.

Naut Aran: casas, puentes y el campo de golf

El Garona se llevó por delante una casa en Arties y otra en Casarilh. Cruzó el restaurante del Golf de Salardú (en la imagen) y se llevó al menos los puentes de Casarilh, Escunhau yArties. El pitch and putt no ha vuelto a abrir. El alcalde, César Ruiz-Canela, afirma que queda pendiente sustituir la estación de aforo del Valarties.

Baish Aran: hasta 300 metros de ancho

El Garona tiene en Aran unos 47 kilómetros de longitud y en el Baish Aran, antes de entrar en Francia, alcanzó aquel 18 de junio un ancho de cauce de 300 metros. Se llevó la pasarela de Les y dejó descalzada buena parte de la carretera N-230. Una vivienda de Bossòst se quedó sin una fachada lateral.

El Garona, ya de nuevo en el cauce original, dejó un rastro de ruinas junto al golf de Salardú.

El Garona, ya de nuevo en el cauce original, dejó un rastro de ruinas junto al golf de Salardú.

El Garona, ya de nuevo en el cauce original, dejó un rastro de ruinas junto al golf de Salardú.

El Garona, ya de nuevo en el cauce original, dejó un rastro de ruinas junto al golf de Salardú.

El Garona, ya de nuevo en el cauce original, dejó un rastro de ruinas junto al golf de Salardú.

El Garona, ya de nuevo en el cauce original, dejó un rastro de ruinas junto al golf de Salardú.

El Garona, ya de nuevo en el cauce original, dejó un rastro de ruinas junto al golf de Salardú.

El Garona, ya de nuevo en el cauce original, dejó un rastro de ruinas junto al golf de Salardú.

El Garona, ya de nuevo en el cauce original, dejó un rastro de ruinas junto al golf de Salardú.

El Garona, ya de nuevo en el cauce original, dejó un rastro de ruinas junto al golf de Salardú.

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