EQUIPAMIENTOS EDIFICIOS HISTÓRICOS
Cal Sant, al descubierto
Cal Sant de Ivars d’Urgell esconde entre sus muros secretos de los orígenes de este municipio. Este complejo residencial, ubicado en pleno casco antiguo, es de propiedad municipal desde el pasado mes de abril, cerrando así un proceso de negociaciones que ha llevado a cabo el ayuntamiento con la familia Segarra y que derivó en la venta final de este espacio, que incluye también el edificio de Cal Viladot así como el patio de Cal Sant, todo ello sumando unos 5.300 metros cuadrados. Ahora ya con las llaves en la mano, Ivars d’Urgell no solo puede recuperar parte de su pasado, sino también proyectar su futuro, ya que el espacio es lo suficientemente grande como para acoger una gran variedad de nuevos equipamientos y servicios que van desde un hotel de entidades o coworking a una sala de ensayo para músicos o incluso una futura sede del ayuntamiento.
Para decidir qué usos debe tener, el consistorio plantea llevar a cabo un proceso participativo entre sus vecinos, tal y como explicó el alcalde, Joan Carles Sánchez. El edificio es un laberinto de salas y recuerdos. Fundado por el Marqués de Cruïlles en 1777, se alza sobre una antigua vivienda que se derrumbó por las fiestas de Sant Antoni, cuando la gente estaba en el exterior, celebrando la bendición de los animales.
Por este motivo no hubo víctimas. Y es que en esa época, Ivars d’Urgell eran solo las viviendas que se agrupaban en torno a tres plazas. Y para acceder al municipio era necesario pasar por unos arcos que aún se conservan dentro de Cal Sant.
En la misma planta baja, también se puede apreciar un horno de pan primitivo o elementos enigmáticos gravados en la piedra en el umbral de una puerta que podrían ser atribuidos a los masones. En la primera planta, las salas de multiplican y se unen al edificio de Cal Viladot para terminar en una gran área al aire libre, el antiguo huerto de Cal Sant, de 2.300 metros cuadrados para un nuevo “pulmón verde”.
El ayuntamiento ya ha organizado jornadas de puertas abiertas para que los vecinos descubran este espacio, que ahora deberá ser analizado por técnicos para valorar el estado de conservación de los elementos arquitectónicos para posteriormente llevar a cabo su restauración, un proyecto para el que el consistorio prevé solicitar ayudas. El consistorio adquiriró Cal Sant por un importe de 665.000 euros.