La Pobla de Segur vive con "ilusión y nervios" la primera bajada de sus raiers como Patrimonio de la Humanidad

La 45.ª Festividad de Raiers de la Pobla de Segur ha vivido este domingo su primera bajada de rais como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Tres embarcaciones hechas con troncos de madera, con unos 6 tripulantes a cada una, han zarpado desde la presa de Llania poco antes de las 12 horas del mediodía y han navegado, todo y que con dificultades, seis kilómetros hasta el Pont de Claverol.

Se trata de una jornada que rememora el oficio de raier y que se ha iniciado con "ilusión" pero también "nervios" entre los participantes, según han explicado el presidente y vicepresidenta de los raiers, Miquel Gordó y Marta Oliva.

Tres rais han iniciado la bajada con normalidad desde la presa de Llania, pero sólo dos han podido completar el trayecto hasta el punto de llegada al Pont de Claverol. Una de las embarcaciones se ha quedado en las puertas de finalizar el recorrido al encallarse en uno de los últimos puentes antes de la llegada, una de las zonas con más complejidad de los seis kilómetros de bajada.

Aparte, uno de los dos rais que ha conseguido llegar en su sitio lo ha hecho con dificultades. Uno de los raiers a bordo, Roger Planas, ha explicado que "se ha deshecho un trozo" de la embarcación por el camino, hecho que los ha obligado a atar la balsa dentro del río para continuar la bajada. "Le ha dado emoción", ha sonreído Planas, que se ha mostrado satisfecho también por el recibimiento a la llegada al Pont de Claverol.

Y es que los raiers han desembarcado entre aplausos y gritos de decenas de personas, entre las cuales muchos niños, que se han congregado en torno al río para rememorar y disfrutar de esta tradición declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Una gran fiesta que tampoco se ha perdido la consellera de Cultura, Natàlia Garriga, la cual se ha vestido de raiera para la ocasión y ha subido también a uno de los rais durante su llegada.

Cuatro días de celebración

La bajada de raiers y la posterior comida ha sido el colofón final a cuatro días de fiesta en el marco de la 45ª edición de la Festividad de los Raiers. Este año, la Asociación de Raiers de la Noguera Pallaresa ha apostado por ampliar el programa de actividades con el fin de conmemorar un año especial en el marco del reconocimiento mundial que la Unesco otorgó a principios del mes de diciembre del año pasado.

En este sentido, el presidente de la entidad, Miquel Gordó, ha apuntado que la intención ha sido "dar un nuevo enfoque en la celebración con la intención de difundir la cultura popular, sobre todo a los más pequeños". De esta manera, desde el jueves hasta el domingo se han llevado a cabo actividades como una gincana tradicional raiera, una noche musical o cuenta cuentos.

Por primera vez, la programación se ha situado fuera del núcleo de La Pobla y se ha trasladado en un espacio habilitado cerca del río. "El nuevo formado ha permitido acercarnos tanto a la gente joven como a los más pequeños", ha dicho Gordó, quién ha añadido también que el objetivo ha sido "que la gente sienta la fiesta como la sentimos nosotros mismos".

Por su parte, la vicepresidenta de la asociación, Marta Oliva, ha apuntado que la declaración de los raiers como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco ha hecho la fiesta "mayor", ya que "reconoce el trabajo que hemos hecho durante todos los años", ha concluido.