ESNOTICIA
Las reservas de Oliana y Rialb se han disparado un 120% en dos meses
Desde finales de abril, cuando se declaró la excepcionalidad en el río Segre por sequía
El pantano de Rialb, todavía al 15% de su capacidad, en una imagen tomada a principios de junio.
El 26 de abril, un día después de que el Canal d’Urgell y el Segarra-Garrigues cerraran el suministro de agua al regadío por falta de reservas en los pantanos, la Confederación Hidrográfica del Ebro declaró el río Segre en situación de excepcionalidad por ausencia de lluvias. El caudal era mínimo y Oliana y Rialb, los embalses que lo regulan, estaban al 11,8%, con 57,6 hectómetros cúbicos de agua de los 488 de capacidad total. Dos meses después, las reservas se han disparado un 120% hasta superar los 127 hectómetros cúbicos ayer.
Oliana está al 76% de su capacidad y Rialb (que podría almacenar 403 hectómetros) está a algo más del 15%. La sequía extrema que caracterizó el invierno y buena parte de la primavera dio un giro el 22 de mayo y desde entonces raro es el día en que no llueve, al menos, en el Pirineo. Por ejemplo, el pluviómetro de Lleida ciudad ha registrado en junio 47 litros por metro cuadrado y 9 días de tormentas.
Además de alimentar los pantanos (también los del Noguera Pallaresa y el Noguera Ribagorçana, ambos ríos aún en alerta pero mucho más caudalosos, como muestran las imágenes de la bajada de los rais ayer), han aliviado la sed de los cultivos. En la zona regable del Urgell han caído de media 45 litros por metro cuadrado en los últimos días. “Casi un turno de riego”, citan los beneficiarios.
Esta situación, aunque no da por cerrado el largo periodo de escasez de agua, sí abre la puerta a ampliar el riego en los canales más afectados: Urgell y Segarra-Garrigues. La CHE les ha otorgado el cuádruple de caudales que los de la sequía, con lo cual podrán regar para salvar cultivos. Los regantes del Urgell se reúnen hoy para decidir si riegan solo frutales, también cereal o guardan reservas.
