Relatan ante el juez el siniestro con tres motoristas muertos en Alfés

Dos conductores que presenciaron el accidente que hubo el 22 de septiembre del año pasado en la C-12 en Alfés en el que fallecieron tres motoristas han declarado ante el juzgado de Instrucción 4 de Lleida que el turismo que lo causó “perdió el control”, según ha podido saber este periódico. Se trata del motorista que iba delante de las tres víctimas mortales y el conductor de una furgoneta, que declararon como testigos. La conductora del coche está imputada de tres delitos de homicidio por imprudencia grave.

Los Mossos d’Esquadra determinaron que el turismo, que circulaba en dirección a Flix, se salió de la vía por el margen derecho, chocó contra el bordillo, la conductora perdió el control, regresó bruscamente a la vía, invadió la totalidad del carril contrario y se produjo la colisión con dos de las tres motocicletas que circulaban correctamente. La primera moto, en la iba un hombre –que es el que ha declarado como testigo–, pudo esquivar al coche, pero no las otras dos. La segunda moto, que conducía una mujer, y la tercera, en la que iban un hombre y una mujer, fueron arrolladas.

Los dos testigos corroboraron así la tesis de los Mossos. El motorista que pudo esquivar el coche afirmó que daba la sensación que el coche iba sin control porque vio polvo, como si se hubiese salido de la calzada, y que su trayectoria no era normal ya que vino “encarado” hacia él. Por su parte, el conductor de la furgoneta explicó que el coche se fue hacia la derecha hasta el arcén y que, cuando intentó volver a su carril, volvió a perder el control yéndose hasta el sentido contrario.

Además, observó por el retrovisor cómo embestía a dos motocicletas. En este sentido, los Mossos d’Esquadra consideraron que la pérdida de control se debió a que la investigada se distrajo tomando un café mientras conducía, según consta en el informe que remitieron al juzgado de Instrucción, como avanzó este periódico. La Unidad de Investigación del Área Regional de Tráfico de Ponent averiguó que la conductora, de 57 años, adquirió unos diez minutos antes del accidente un café para llevar en el área de servicio que hay en Alfés y que, desde que lo recogió hasta que arrancó de nuevo con su coche, no hizo ningún tipo de ingesta de la bebida, según la grabación de las cámaras de seguridad de la gasolinera, que han aportado en su informe.

En el coche hallaron un vaso de café aplastado por la parte superior, lo que “posiblemente se produciría por los dedos de la mano de la conductora durante la salida de vía”. La mujer aseguró ante el juzgado que tomó el café antes de conducir y no cuando se produjo el siniestro.