ENTREVISTA REGADÍOS
«Es urgente modernizar el Canal d'Urgell porque no hay ilusión»
Amadeu Ros, presdiente de la comunidad de regantes del Canal d’Urgell
Los regantes respiran un poco más tranquilos esta semana tras saber que habrá ayudas al cereal y los forrajes por renunciar al riego en favor de la fruta. Pero aún las ven insuficientes para paliar los daños de la sequía.
Esta semana se ha reunido con el secretario general de Agricultura, Fernando Miranda. ¿Qué compromisos han cerrado?
Era una visita pendiente desde el día en que cerramos el canal principal (25 de abril) y ayer (por el martes) acabamos hablando de modernización y de ayudas. En cuanto a la modernización, apuestan totalmente por el proyecto y pasadas las elecciones (si gobierna el PSOE) nos reuniremos con el conseller y la ministra para abordarlo.
La exconsellera Jordà dijo que la Generalitat tenía sobre la mesa 138 millones para iniciar las obras el año pasado. ¿Qué ha pasado?
La idea es afrontar el proyecto de forma global. La Generalitat asumiría 700 millones y el ministerio 500. Hay que hacer un programa para varios años. Hace escasos dos meses que tenemos los proyectos ejecutivos. Madrid ofreció participar, pero tenemos que reunirnos los tres actores para poner fecha.
¿El regante tendrá que pagar?
Sí, pero el regante del Canal d’Urgell es muy delicado. Más del 50% están jubilados. Nuestra aportación será como la fórmula que seguimos para pavimentar el canal: a 50 años quizás no, pero sí a 35. Si no es así, muchos no lo asumirán.
¿La sequía ha acabado de convencer sobre la modernización?
Por supuesto. En los últimos años se ha cargado el sistema del canal principal con 25.000 hectáreas más: 12.500 del Segarra-Garrigues y el resto de consumos aguas arriba de Oliana y Rialb. El principal debía regar 50.000 hectáreas y ahora riega 75.000. El Segarra-Garrigues es un regadío tecnificado y el Urgell tiene que acabar siéndolo.
¿En cuánto tiempo se hará?
Corre prisa porque no hay ilusión en el territorio por parte de los agricultores y la modernización permitiría nuevos cultivos y nuevas industrias. La propiedad del Canal d’Urgell está muy repartida y la gente se podría ganar bien la vida. Lo ideal sería en un plazo de 5 o 6 años.
¿Qué cree que se hubiera tenido que hacer antes de la campaña para evitar el cierre del canal?
Es muy difícil. La CHE dice que grandes riegos como el Aragón y Catalunya o Riegos del Alto Aragón quedarán vacíos. El año 2022 fue de los más calurosos de la historia. Fallaron todas las previsiones. Había 120 hectómetros de nieve en cabecera que se quedaron en 10 de agua. Se ha querido criticar desde la propia conselleria que no había que permitir segundas cosechas en 2022, pero se hubiera plantado maíz, que consume el doble.
¿Cuánta agua necesita el Urgell en una campaña normal?
El Segre aporta de media 800 hectómetros cúbicos al año. Nosotros necesitaríamos la mitad.
¿Cómo ha reaccionado el cereal a que solo riegue la fruta?
Ha salido perjudicado, pero nos falta aún información sobre las ayudas. En un porcentaje alto podrían salir a cuenta. De momento sabemos que hay 712 €/ha cereal de regadío y están cerrando los forrajes (unos 900). Pero pido a la Generalitat que retire el límite máximo de 30.000 euros por explotación profesional y 13.500 no profesional. Si se pagan 712 y 900 euros por hectárea al cereal y forrajes sin límites serán 28 millones. Pero si se ponen límites pueden perjudicar a los jubilados que tienen tierras arrendadas con las que suplementan pensiones de 750 euros al mes. Pediré a todos los partidos políticos que supriman estos límites. Las empresas se servicios han sufrido mucho con esta sequía.
El ministerio también publicó sus ayudas: 43,5 €/ha de cereal de secano y 275 €/ha de fruta. ¿Son suficientes?
No. Pedimos que se nos paguen las derramas de la comunidad de regantes (83 €/ha) y las colectividades (de 80 a 90). Serían unos 8 millones, unos 150 euros por hectárea que suplementarían otras ayudas. La CHE nos ha dicho que quedaremos exentos del canon de Oliana y Rialb.
En todo este proceso, ¿ha habido entendimiento con la CHE?
Tenemos una excelente relación y no hay derecho a que se haya criticado cómo se ha hecho, su actuación. No se ha bombeado ni una gota de agua que no haya sido para caudal ecológico y Urgell.
La CHE ha comenzado a revisar las concesiones de agua históricas, ¿cómo lo ven?
La nuestra caduca en cincuenta años. También les han criticado falta de transparencia. Las asambleas de octubre y febrero estaban informadas. Algunas colectividades no hicieron ninguna convocatoria para explicarlo. Ahora hemos empezado a informar vía móvil sobre las ayudas y hemos enviado mensajes a 10.000 de los 17.500 regantes.