El búnker de la memoria

La Xarxa d'Arxius Comarcals de la Generalita proyectó cuarenta archivos en cuarenta años. Las obras del de Les Garrigues ya han finalizado y solo queda pendiente el de L'Alta Ribagorça. Los primeros documentos llegarán a Les Borges Blanques en septiembre y en doce años albergará los fondos históricos de los 24 municipios de la comarca.

Cuarenta archivos en cuarenta años. Este era el objetivo que se marcó la XAC (Xarxa d’Arxius Comarcals de Catalunya) en su refundación en 1982, cuando para entonces solo había cuarenta comarcas en Catalunya (Pla d’Urgell, Alta Ribagorça y Pla de l’Estany se crearon en 1988 y, recientemente, se han incorporado las del Moianès y el Lluçanès). Con solo un año de retraso, la Generalitat ha finalizado su maratón de apertura de equipamientos con los dos últimos, ambos en la demarcación de Lleida: el de L’Alta Ribagorça, en El Pont de Suert, (pendiente aún de contratar a un director) y el de Les Garrigues, en Les Borges Blanques.

Este último proyecto ha costado al Govern 2,5 millones de euros y casi dos décadas de largas negociaciones y desentendidos políticos, sobre todo para determinar su ubicación.Varios años de obras han permitido reconvertir el antiguo cuartel de la Guardia Civil de la ciudad en un auténtico búnker que, si alguna vez se llenara por completo, llegaría a soportar el peso de 150 toneladas de documentos repartidos entre 60.000 cajas archivadoras que suman una longitud de seis kilómetros lineales. Pendiente de la fecha de inauguración, los primeros documentos llegarán al archivo en septiembre. Son fondos que durante varios años han estado custodiados por otros archivos (ver tabla), a la espera de ser trasladados definitivamente a Les Borges Blanques.

Después, se incorporarán todos aquellos documentos que están tanto en el ayuntamiento de la capital de Les Garrigues, como en el Consell Comarcal. A partir de entonces, irán incorporándose aquellos otros fondos públicos procedentes de los 24 ayuntamientos de la comarca y los privados de empresas, asociaciones, clubs y entidades deportivas, colegios, documentos personales, archivos familiares y colecciones privadas. A un ritmo previsto de dos municipios anualmente, se prevé que, en unos doce años, todos los documentos más importantes y antiguos de Les Garrigues estarán salvaguardados en la capital.

Solo se aceptarán aquellos que tengan una antigüedad mínima de quince años y sean considerados de relevancia histórica. No sólo se archivarán fondos textuales, en soporte papel o pergaminos en piel, sino que también se conservarán fondos no textuales, entre los que habrá fotografías en papel, negativos en poliéster, antiguas placas de vidrio, diapositivas, mapas, carteles, postales, planos, sellos, billetes, e incluso registros sonoros y vídeos en formatos antiguos (beta, VHS) que serán reconvertidos a los actuales (mp3 y mp4). El archivo permitirá que todos estén depositados en condiciones atmosféricas siempre estables, generalmente entre 18 y 22 grados de temperatura y bajo una humedad relativa de entre el 40 y el 55%.Un aula polivalente, una sala de consulta, media docena de depósitos para distintas tipologías de documentos, despachos, salas de digilitalización, recepción y desinfección, almacenes y dos patios suman un total de 1.300 m² útiles.

La sala de consulta tiene una capacidad para doce usuarios y dispone de una biblioteca auxiliar especializada en archivística y publicaciones locales y comarcales. Además, el archivo cederá también un espacio de trabajo al Centre d’Estudis de les Garrigues. A través de un convenio de gestión, tres administraciones se harán cargo del nuevo equipamiento: la Generalitat (a través del departamento de Cultura i de la XAC) asumirá la dirección, el material informático, escáneres, la estación de digitalización y el material necesario para conservar la documentación; el Consell Comarcal ejecutará la gestión administrativa y controlará el presupuesto; y el ayuntamiento de Les Borges Blanques asumirá el mantenimiento del edificio.

Hace ya más de un mes que la Generalitat contrató a Fernando Lázaro como nuevo director del Archivo Comarcal de les Garrigues. Licenciado en Historia, con un máster en archivística y quince años de experiencia al frente del archivo del Pallars Jussà, Lázaro aterriza en Les Borges Blanques con el compromiso de hacer mucha pedagogía ¿Cómo justifica un archivo? La documentación que guardamos es parte de la memoria y de nuestra historia. Su conservación permite explicar el pasado e indicar hacia dónde vamos.

De hecho, el archivo acaba fomentando el patriotismo en la comarca. ¿Los ayuntamientos están obligados a traer su documentación histórica al archivo? Sí, a no ser que demuestren que la tienen inventariada, bien guardada y abierta al público. Nuestra voluntad es servir a los 24 municipios de la comarca y, en consecuencia, a sus habitantes.

De hecho, es muy importante que los vecinos (familias y empresas) participen de este proyecto. ¿Cómo? Hay tres fórmulas. La gente puede donarnos su documentación, la puede ceder conservando la propiedad o incluso nos la puede dejar sólo temporalmente para que podamos digitalizarla y explotarla.

¿Por qué los archivos de Ponent son los últimos de Catalunya? En Les Garrigues, ya había el dinero destinado desde hace casi veinte años, pero ha habido muchas vicisitudes políticas. En cualquier caso, la comarca sufre un agravio comparativo respecto a otras como en Girona, donde algunas gozan de archivos desde hace treinta años. Probablemente cuando se abra, habrá un alud de documentos para entrar.

¿Existe el temor de que el archivo quede colapsado en poco tiempo? Ya hemos hecho un buen trabajo censal. Antes de elaborar el proyecto, durante varios meses visitamos ayuntamientos, escuelas, cooperativas, juzgados… todas las instituciones que nos abrieron las puertas para estimar la cantidad de documentación histórica. Lo primero será digitalizarla antes de que se estropee, ¿no? No.

Como en un hospital, los expertos deben hacer primero un diagnóstico de su estado para aplicar el tratamiento que necesite, luego se clasifica, se ordena, se inventaría y, finalmente, sí, se digitaliza (en la medida que se necesite) y se difunde al público.

«Un archivo fomenta el patriotismo comarcal»