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Ocho de cada diez municipios tienen piscinas públicas y 48 las comparten

Su número crece y asumen un nuevo papel como refugios ante olas de calor

Bañistas de todas las edades esta semana en las piscinas de Benavent de Segrià, las últimas estrenadas este verano en Lleida.

Bañistas de todas las edades esta semana en las piscinas de Benavent de Segrià, las últimas estrenadas este verano en Lleida.M. CODINAS

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Ocho de cada diez municipios de Lleida tienen ya piscinas municipales, y 48 las comparten con poblaciones vecinas mediante abonos conjuntos. Su número va en aumento en las comarcas leridanas mientras asumen un nuevo papel más allá del ocio, como refugios climáticos donde buscar descanso y seguridad ante olas de calor extremo.

Preixens, Sunyer y Benavent de Segrià han estrenado este verano sus piscinas municipales, y con ellos son 179 los municipios leridanos que las tienen, prácticamente ocho de cada diez de los 231 de la provincia. Su número va en aumento mientras las más antiguas son objeto de reformas para reducir su consumo de agua y electricidad y hacerlas más accesibles a personas con movilidad reducida.

Más allá de un lugar donde refrescarse con un chapuzón, se convierten en un eje de la vida social de los pueblos en los meses de calor y son escenario de actividades que abarcan baños nocturnos, sesiones de aquagym e incluso conciertos. En los últimos años, además, han empezado a asumir un nuevo papel más allá del ocio. Las piscinas han pasado a ser consideradas también refugios climáticos: lugares donde encontrar descanso, confort y seguridad durante episodios de calor extremo que suponen riesgos para la salud, especialmente para la tercera edad.

Así consta en la planificación de la Generalitat para afrontar la sequía. Pese a establecer restricciones al consumo de agua en municipios de las cuencas internas de Catalunya (que en Lleida solo incluyen algunos pueblos del Solsonès), permite llenar en ellos las piscinas de uso público y comunitario por motivos de salud pública, incluso en las situaciones más graves de excepcionalidad por falta de lluvias y de reservas en los pantanos. Los termómetros superaron varios días los 40 grados en el llano de Lleida el pasado julio y los meteorólogos advierten que las olas de calor pueden acentuarse debido al cambio climático.

De la cincuentena de municipios leridanos sin piscinas municipales, la inmensa mayoría pertenecen a las comarcas del Pirineo, donde las temperaturas suelen ser más suaves en verano. En un escenario de temperaturas extremas, refrescarse deja de ser un lujo y entra en el terreno de la necesidad. “Las piscinas son un refugio climático y un espacio de ocio, y deben serlo para todos sin discriminaciones”, reza el texto de una campaña que ha piesto en marcha este verano el departamento de Igualdad de la Generalitat, bajo el lema “La meva piscina no discrimina”.

Precisamente, aplicar el principio de no discriminación ha dado pie a una innovación este año en las piscinas de Lleida y del resto de Catalunya. La Generalitat ha prohibido a los ayuntamientos aplicar ordenanzas que impidan a las mujeres hacer toples, amamantar a sus hijos o llevar bañadores integrales en las piscinas, al considerar que “excluyen a parte de la población del acceso a servicios”. Antes de que los consistorios recibieran esta advertencia, algunos habían cambiado ya su normativa para derogar el veto a que las mujeres lleven el torso desnudo.

La Paeria de Lleida, cuyas piscinas municipales reciben cada día a más de 1.300 bañistas, lo hizo en 2019. El Govern trabaja para que sea también así en las privadas de uso comunitario.Cerca de medio centenar de piscinas municipales de Lleida son de uso compartido, a través de abonos que dan acceso a las de diferentes municipios, fruto de acuerdos entre ayuntamientos. El último es el que han suscrito Benavent de Segrià y La Portella.

Antes de que esta primera localidad estrenase sus piscinas, los vecinos acudían a las de La Portella, cuyos habitantes ahora se beneficiarán también del equipamiento de Benavent. El consell y los ayuntamientos de Les Garrigues impulsan un forfait único para 19 piscinas de esta comarca, así como a las de Llardecans y Almatret, en el Segrià. De igual modo, el consell y los consistorios del Urgell han puesto en marcha un carnet comarcal para entrar en 17.

En el Segrià Sec, Aspa, Llardecans, Sarroca de Lleida, Sunyer y Torrebesses comparten sus piscinas, mientras que Artesa de Lleida, Puigverd de Lleida, Aspa, Castelldans y L’Albagés hacen lo mismo con las suyas.Las piscinas municipales son solo una pequeña parte de las que existen en Lleida. Según datos del Catastro, la provincia acoge más de 8.000 entre las públicas y las privadas, ya sean de entidades deportivas, alojamientos turísticos, comunidades de vecinos o particulares.

«Puedo venir solo desde casa»

Álex Cruz, vecino de Benavent de Segrià, es uno de los que más impaciente esperaba la apertura de las nuevas piscinas del pueblo.

Hasta ahora iba siempre a las de La Portella, que los vecinos de Benavent podían disfrutar con las mismas condiciones que la población local. Lo que más valora Cruz del nuevo equipamiento es lo cerca que está de su casa y que todos los que trabajan allí, desde los camareros a los socorristas, son del mismo municipio.

«La rampa nos facilita la vida»

Lo que más agradece de las nuevas piscinas Irene Roya, vecina de Benavent, es que tengan una rampa para poder entrar y salir con facilidad.

“Tengo la espalda muy delicada, y la gente mayor a veces tiene problemas al subir por las escaleras, por lo que la rampa que hay en la piscina es algo que los más mayores agradecemos mucho”, explicó. Afirmó también que, con las nuevas piscinas, el pueblo gana un servicio que aporta calidad de vida.

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