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Cooperativas y gestión forestal para revertir el éxodo que ha vaciado decenas de pueblos

Propuestas en una jornada sobre cómo combatir la despoblación celebrada en el pueblo deshabitado de Tost || Cifran en 56 los núcleos sin habitantes del Pirineo y otros estudios elevan su número a 70

La visita guiada ayer al pueblo deshabitado de Tost, en el municipio de Ribera d’Urgellet.

La visita guiada ayer al pueblo deshabitado de Tost, en el municipio de Ribera d’Urgellet.ACN

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Crear cooperativas para potenciar la gestión forestal y la explotación de otros recursos naturales locales. Esta es una receta contra la despoblación del Pirineo que se planteó ayer, en el transcurso de una jornada sobre el éxodo que ha vaciado ya decenas de pueblos en las comarcas leridanas, y en especial las de montaña. El acto tuvo lugar, precisamente, en una localidad deshabitada: el núcleo de Tost, en el municipio de Ribera d’Urgellet.

Allí el escritor y naturalista Jordi Pasques cifró en 56 los núcleos deshabitados en las comarcas pirenaicas, basándose en su propio trabajo de campo. Contabilizó un pueblo vacío en Aran, otro en la Cerdanya, 17 en el Alt Urgell, 7 en el Pallars Sobirà, 24 en el Pallars Jussà y 6 en la Alta Ribagorça. A estos se suman decenas de masías aisladas que llevan años deshabitadas.

Por su parte, el Atles del Món Rural elevaba en 2022 la cifra a setenta localidades abandonadas. “La explotación forestal es una oportunidad para fijar población y devolver vida a los pueblos”, valoro Pasques, que recalcó que “no dejar perder las pequeñas zonas agrícolas que quedan es la única esperanza para que núcleos despoblados del Pirineo vuelvan a tener vida”. Señaló la comarca de la Cerdanya como “una de las que mejor ha esquivado esta problemática” y recordó el movimiento de los neorurales y su boom de los años 70 y 80.

“Fue bueno para que no acabaran de vaciarse pueblos como el de Ossera”, dijo. “Llegaron cuando quedaban tres familias y gracias a ellos llegó el agua y la luz”, añadió. “Un nuevo boom de neorurales favorecería la repoblación del Pirineo”, consideró.

Durante la jornada se dieron a conocer algunos proyectos para revitalizar y recuperar núcleos del Pirineo como el de Solanell, en Montferrer i Castellbò. Allí el arquitecto Saúl Garreta impulsa desde el año 2012 la cooperativa Reviure Solanell para dar una nueva vida al pueblo.Pasques reivindicó también una mayor implicación de la administración europea hacia las comarcas de montaña y aseguró que existen programas europeos para estos territorios “pasan de lado en Catalunya”. En este sentido, valoró que “la política de montaña de Europa está mucho mejor aprovechada en Francia que en Catalunya”, en referencia a las subvenciones comunitarias que reciben “pastores, ganaderos de alta montaña franceses o incluso elaboradores de miel” que no reciben los de aquí.

Visita guiada por un pueblo sin vecinos desde la década de los 60

La jornada sobre la despoblación, bajo el título Tots a Tost, comenzó con una visita guiada a esta población a cargo del escritor Joan Obiols, que tenía familiares en ella. Este recorrido, que reunió a decenas de personas, sirvió para dar a conocer la historia de este pueblo del Alt Urgell, que quedó deshabitado en la década de los años sesenta del siglo pasado. Actualmente solo se mantiene una casa en pie, mientras que la iglesia de Sant Martí ha sido restaurada recientemente.

Tras el recorrido por el pueblo tuvo lugar un concierto a cargo del dúo La Sonsoni, formado por Pep Lizandra y Elías Porter. Interpretaron canciones sobre la evolución de la vida en las comarcas del Pirineo. La jornada estuvo organizada por el consell comarcal del Alt Urgell y el ayuntamiento de Ribera d’Urgellet, y contó con la colaboración del Institut d’Estudis Ilerdencs, la Diputación, RàdioSeu y vecinos de la zona.

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