ESNOTICIA
Los coches, fuera del pueblo
Ayuntamientos leridanos prohíben aparcar en las calles de al menos 18 poblaciones || Su número crece para ganar seguridad vial y tranquilidad
Los turistas son bienvenidos, sus coches no tanto. Tienen prohibido aparcar en al menos 18 pueblos leridanos, muchos de los cuales tienen parkings en las afueras. Los ayuntamientos pretenden así ganar seguridad vial, evitar que vehículos estacionados dificulten circular por las calles y recobrar la tranquilidad que buscan y aprecian tanto vecinos como visitantes.
Cada consistorio lo hace de forma distina, pero los alcaldes coinciden en valorar de forma muy positiva el resultado. Algunos de ellos, así como los de otros municipios, se plantean extender esta medida al menos a otra decena de localidades. Tiurana se convirtió hace una década en el primer pueblo peatonal de Lleida.
Tanto vecinos como visitantes tienen prohibido aparcar en las calles en agosto y en fines de semana y festivos del resto del año. A partir de 2024 se plantea extender esta medida a todo el verano y también a Semana Santa. En Àger, los turistas deben aparcar al sur del pueblo y los vecinos cerca de la residencia.
Para el edil Jordi Cortasa esto “da tranquilidad y seguridad”, por lo que el consistorio estudia aplicar esta medida en los otros 8 núcleos del municipio. Montse Nolla, vecina de Àger, apunta que al principio pocos respetaban la prohibición de aparcar y que solo se cumplió cuando hubo multas. “Hemos visto cómo los niños volvían a jugar en la calle y ahora es más agradable pasear”, dice.En Les Avellanes i Santa Linya hay parkings a la entrada de Les Avellanes, Tartareu y Vilanova de la Sal y el ayuntamiento promueve otro en Santa Linya.
Vecinos y turistas deben aparcar en ellos todo el año. La alcaldesa, Lídia Ber, explicó que los conductores los usan y que no han necesitado una ordenanza para multar a quien no lo haga. Cree que las calles sin coches “son una gran mejora visual”.Arsèguel prohíbe estacionar a vecinos y turistas en todo el núcleo urbano desde hace dos años, pero no todos lo acatan y el consistorio valora instalar pilonas en sus calles para impedir aparcar.
También en Alt Àneu la prohibición de aparcar se cumple de forma desigual entre población local y visitantes. La alcaldesa, Laura Tristán, precisó que “ aparcamientos como los de Isil, Son, Sorpe y Alòs funcionan bien”, pero los de Isavarre y València d’Àneu “no tanto”. El consistorio renovará señales y sopesa aprobar una ordenanza para imponer multas.Frente a los pueblos que limitan el aparcamiento a todos los conductores, otros aplican las restricciones solo a los foráneos.
Camarasa veta desde hace dos veranos que estos últimos estacionen en Sant Llorenç, donde los vecinos se identifican con un pase. El municipio ha regulado también el acceso a la Platgeta del Segre. “Hemos ordenado zonas con una alta afluencia de público”, dijo la alcaldesa, Elisabet Lizaso.
La Vall de Boí ha habilitado un parking en Taüll para los no residentes en verano y un vigilante municipal vela porque no aparquen en las calles, mientras carteles advierten a los turistas que no pueden estacionar en el centro histórico de al menos cuatro pueblos. La alcaldesa, Sònia Bruguera, explicó que la falta de suelo para parkings es un freno para extender la medida. “Un lugar sin coches se agradece mucho”, dijo
Ayuntamientos de Lleida han promovido al menos una veintena de parkings para autocaravanas
Paco, Consuelo, Ángel y Ana son vecinos de Córdoba que han acudido con sus autocaravanas al Camping La Noguera, en Sant Llorenç de Montgai.
“No es la primera vez que venimos a Lleida”, explica Paco. “El verano pasado estuvimos en Espot y quedamos encantados con el territorio y su gente”, añade. “Los campings que hemos visto en Lleida son muy buenos”, dice, y apunta que la zona es “cada vez más conocida entre los clubs de campismo como el nuestro, que se llama Aire Libre Córdoba”.
Cada vez más turistas llegan a Lleida con su propio alojamiento sobre ruedas. Las autocaravanas y furgonetas camper, habilitadas para pernoctar en ellas, son cada vez más frecuentes y los municipios que las reciben reaccionan ante ellas de maneras muy distintas. Unos les dan la bienvenida mientras que otros les ponen coto o incluso las prohiben.Pueblos con pocos o ningún alojamiento turístico ven el auge de las caravanas como una oportunidad de atraer visitantes.
Para ello habilitan aparcamientos para estos vehículos con servicios como tomas de luz y agua. Al menos 20 funcionan en Lleida y hay otros previstos: el ayuntamiento de Almenar ha iniciado esta semana la construcción del suyo.Estas instalaciones públicas se suman a las de campings y parkings privados. Algunos de sus responsables consideran que sufren una competencia desleal de los consistorios.En el extremo opuesto se encuentran zonas turísticas que limitan o vetan estos vehículos.
Àger y Alt Àneu permiten que estacionen en sus parkings disuasorios, aunque sin desplegar toldos, mesas y sillas. Aran prohibió en 2022 que circulasen en verano por pistas forestales, una medida que, en la práctica, supuso vetarlas en el medio natural. Esta restricción se amplió meses después a la zona del Orri y al acceso al Pla de Beret y ocasionó dificultades a numerosos trabajadores del sector turístico que, ante la ausencia de vivienda asequible, pernoctan en caravanas.
«Es una prohibición sin sentido»“Prohibir los coches en un pueblo de apenas 200 vecinos no tiene sentido”, opina Alfonso Lira, vecino de Àger. Cree que “los del pueblo hemos perdido movilidad” mientras que muchos visitantes no cumplen la norma, por lo que “se han creado problemas donde no los había”. “Es lamentable que también se aplique en invierno, cuando no hay turistas”, concluye Lira, que acumula 5 multas por aparcar debajo de su casa.
«Paseo con más tranquilidad»Josep Borràs valora muy positivamente el nuevo aparcamiento disuasorio construido hace un año en Les Avellanes. “Antes uno no podía ni estar en la plaza del pueblo al quedar toda ocupada por coches, sobre todo en período de vacaciones”, explica Borràs, que añade que “ahora se puede pasear con más tranquilidad y a menudo pueden verse niños y niñas jugando en la calle, algo que antes era poco común”.
«El pueblo se ve mucho mejor»Noe Ayguasenosa es de Mataró y suele visitar Àger en verano.
Afirma que la exigencia de estacionar fuera del pueblo “se nota y mucho, ya que el pueblo se ve mucho mejor y hay menos ruido”. Reconoce que hay quien no está tan contento. “Los que están acostumbrados a ir en coche a todos lados están disconformes, pero esto suele pasar siempre que se implanta una nueva medida, que hay quien tarda en acostumbrarse”.