SEQUÍA REGADÍOS
El Canal d'Urgell pacta no dejar a nadie sin riego cuando haya sequía
Nueva planificación para distribuir reservas no solo a frutales, sino también al cereal y forrajes || La asamblea ratifica el reparto de agua en situaciones de crisis
La asamblea del Canal d’Urgell dio luz verde ayer a la nueva planificación para el reparto de agua en épocas de sequía, que implica no dejar a ningún agricultor sin riego cuando haya escasez de agua en Oliana y Rialb, como ha sucedido este año. La falta de reservas en los embalses llevó a cerrar el Canal Principal a finales de abril, una medida sin precedentes. Cuando se reabrió, el riego se limitó a los frutales, primero para salvar los árboles y después para garantizar la producción de fruta, además del caudal mínimo para dar agua de boca a pueblos y ciudades.
Se excluyeron del riego los cultivos de cereal y forrajes, entre otros, que han quedado a expensas de ayudas del Estado y la Generalitat. Mediante esta nueva planificación se establecerán dotaciones de riego por hectárea a cada agricultor, atendiendo a las reservas que haya al inicio de la campaña de 2024. Cada uno sabrá el agua de que dispone, podrá decidir cómo distribuirla y en qué explotaciones.
El Canal Principal riega 50.000 hectáreas, y el Auxiliar más de 20.000. Estas últimas no tienen problemas, ya que riegan con agua del Noguera Pallaresa, cuya situación es mejor que la de la cuenca del Segre. Según responsables de colectividades, si se aplicase este nuevo reparto con las reservas actuales en los embalses, solo habría agua para un turno de riego en la mitad del área regable del Principal.
Ponerlo en práctica precisaría más control de los síndicos y vigilantes para que nadie exceda el consumo que le corresponde. Oliana y Rialb suman ahora 106 hm³ (71,3 en Rialb y 34,6 en Oliana) pero una vez restados los 23 hm³ de Oliana que no pueden utilizarse, los más de 35 para abastecimientos, el suministro del Segarra-Garrigues y el caudal ecológico, solo quedarían 35 para riegos del Canal d’Urgell. No obstante, se espera que las últimas lluvias en la cabecera del Segre y las que caigan en otoño e invierno se puedan mejorar la situación.
Las mismas fuentes indicaron que es preciso ser cautos, “ya que el año pasado también se esperaba que los pantanos se recuperasen y no sucedió, por lo que es preferible que hagamos una previsión con lo que ahora tenemos y distribuyamos el agua entre todos, sin dejar a nadie fuera”.