ESNOTICIA
El cambio climático pone en riesgo calidades y producciones agrarias
Obliga a analizar la cadena alimentaria con el ahorro de agua como una gran clave
Menos lluvias, más períodos de sequía, incremento de temperaturas y de fenómenos extremos. Son algunas de las consecuencias del cambio climático que ponen en peligro no solo la calidad de producciones agrarias, sino incluso su supervivencia. Una realidad que, advierten los expertos, obliga a analizar la cadena alimentaria.
La Estratègia catalana d’adaptació al canvi climàtic 2021-2030, elaborada por la Generalitat, alerta de los grandes peligros a los que se enfrenta el sector agrario, desde la disminución de las horas de frío en invierno hasta la caída de precipitaciones pasando por el aumento de las temperaturas o las olas de calor.
Los riesgos también son evidentes: merma de calidad de los productos agrarios, aumento de las necesidades hídricas, disminución de producciones alimentarias, pérdida de zonas óptimas para cultivos, rebaja del bienestar animal e incluso mortalidad. Dicho de otra forma y como han advertido investigadores del IRTA, el cambio climático pondrá en peligro la supervivencia de cultivos, pero no solo en secanos, sino también en regadíos. En los primeros esta campaña ha habido pírricas producciones de cereales de invierno en Lleida, pero también se repiten en el caso de los viñedos o los olivos de Les Garrigues por poner solo unos ejemplos.
En los segundos, la grave sequía se ha traducido en duras restricciones en el Canal d’Urgell que han impedido las plantaciones de maíz este verano para salvar los frutales. Unos datos con los que el investigador emérito del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA) Robert Savé deja claro que es necesario repensar toda la cadena alimentaria. “Ojalá se tratara solo de cambiar cultivos”, advierte, y pasar por ejemplo de la producción de maíces con grandes necesidades hídricas a soja, porque “estamos encorsetados por el mercado” y sus demandas.
Pero, insiste, “a lo mejor habrá cultivos que no se podrán hacer” con una disponibilidad de agua menguante. Su receta pasa por “ciencia, tecnología que sirva para las necesidades reales, sobriedad y sentido común”. En este contexto, científicos y el sector se conjuran para buscar armas ante el cambio climático.
“La clave es introducir cambios en cómo producimos nuestros alimentos porque no podemos seguir haciendo las cosas como hasta ahora”, ha advertido el investigador del programa de uso eficiente del agua en agricultura del IRTA Joan Girona. Por ejemplo, el Instituto trabaja en la búsqueda de variedades adaptadas a climas más cálidos, hacia los que se encamina Lleida. En febrero presentó la nueva Tutti, el nombre comercial de una manzana roja, dulce, crujiente y jugosa y también está centrado en conseguir nuevas variedades de cereales que tengan menos requerimientos hídricos.
El director del Programa de Fruticultura del IRTA, Luis Asín, afirma que los agricultores están concienciados y actúan en la medida de sus posibilidades. Por ejemplo, explica que hoy un agricultor que apueste por cultivar manzana Granny Smith, muy sensible a los golpes de calor, no lo hace sin mallas antipedrisco negras, que suponen una protección contra la fuerte irradición solar. Todo ello mientras otro de los grandes retos es la reducción de los gases de efecto invernadero, para lo que en ganadería se está apostando por la utilización de las deyecciones como fertilizante y base para la generación de energía, unos procesos para los que, sin embargo, son necesarias importantes inversiones y normativas favorables.
«En los ochenta también hubo mucha sequía»
“Con una tercera cosecha tan mala como las dos últimas tocaríamos fondo”. señala, indicando que sería insostenible para la agricultura de secano. Aparte de la sequía, sobre la que espera que “no sea algo definitivo, ya que de lo contrario no lo podremos aguantar”, destaca el encarecimiento de los combustibles, talleres, abono y herbicidas.
“El resultado es que estamos en un callejón sin salida” y dice que por suerte muchos agricultores tienen otros ingresos de granjas o el sector servicios.
«Otra cosecha tan mala sería insostenible»
“Con una tercera cosecha tan mala como las dos últimas tocaríamos fondo”. señala, indicando que sería insostenible para la agricultura de secano.
Aparte de la sequía, sobre la que espera que “no sea algo definitivo, ya que de lo contrario no lo podremos aguantar”, destaca el encarecimiento de los combustibles, talleres, abono y herbicidas. “El resultado es que estamos en un callejón sin salida” y dice que por suerte muchos agricultores tienen otros ingresos de granjas o el sector servicios.