Cumple 50 años el puente que atraviesa el Noguera Pallaresa: un puente para devotos y turistas

Un puente sobre el Noguera Pallaresa acerca el Santuari d’Arboló a los cientos de personas que lo visitan cada año. Unos acuden por devoción a la Mare de Déu d’Arboló, considerada patrona del Pallars Sobirà, y otros por el interés que despierta la arquitectura románica de este templo en el municipio de Soriguera. Esta pasarela, inaugurada el 13 de diciembre de 1973, cumplirá este año medio siglo en el ha contribuido a hacer accesible esta pieza del patrimonio histórico de la comarca. Su construcción llegó tras años de reivindicaciones y fue fruto tanto de la perseverancia como de la astucia.

El puente permite llegar al santuario a pie en pocos minutos. Antes de que se construyera, solo se podía llegar al templo dando un rodeo desde Gerri de la Sal o Arcalís, lugares desde donde se podía cruzar el río. La pasarela contribuye a que este espacio reciba numerosas visitas y facilita su conservación. “Es un lugar de paso para pescadores, turistas, senderistas, amantes de la naturaleza y feligreses”, explica la Associació d’Amics del Santuari d’Arboló, dedicada a conservar y divulgar el templo. Abre al público cada jueves de junio, julio y septiembre, una hora para visitantes y a continuación para una misa. “Este año recibimos 707 personas, en otros superamos el millar”, explica Benjamí Montané, miembro de este colectivo. Al margen de turistas y feligreses, el lugar acoge un aplec en mayo y es un lugar de referencia para rutas de excursionistas.La idea de construir un puente empezó a tomar forma en 1966, de la mano de un colectivo de vecinos constituido como patronato del Santuari d’Arboló y del entonces párroco, Josep Joanmartí. Durante años llamaron sin éxito a las puertas de las diferentes administraciones en busca de financiación y abrieron una cuestación popular para recaudar fondos. Las aportaciones de los vecinos fueron modestas, pero muy numerosas. Dieron testimonio del interés del territorio por tener el puente y acabaron por despertar el interés de las instituciones. El impulso decisivo llegó de la mano del Instituto de Conservación de la Naturaleza (ICONA) un organismo estatal creado en 1971 y activo hasta 1991. Asumió la construcción del puente, como resultado de maniobras para convencer a sus responsables de que esta obra contribuiría a preservar los bosques de Mont Negre y de Faringoles, al facilitar los trabajos forestales y la llegada de los bomberos en caso de incendio. Las donaciones de los vecinos sirvieron finalmente para obras en el santuario.Desde su inauguración, el puente ha resistido el embate de las riadas en 1982 y 2013. “Esperamos que siga facilitando el paso durante muchos años más”, afirman los Amics del Santuari. “El lugar bien lo vale”.