Un curso de tractorista para mujeres agota las plazas en pocos días: "Aquí no me siento cohibida ni cuestionada"
Rosa tiene una pequeña explotación ganadera en Campos. Para hacer el trabajo tiene que coger el tractor, pero no se siente lo bastante preparada. Por eso, se ha apuntado al curso que la Escuela Agraria de Manresa ha programado exclusivo para mujeres. El hecho de que sólo fuera para mujeres e impartido por profesoras lo ha acabado de convencer ya que, hasta ahora, siempre había hecho cursos mixtas y los hombres los habían acabado monopolizando. "Son los primeros al coger el tractor, no te lo dejan y, si lo coges, te dicen que no lo sabes hacer. Aquí, en cambio, no me siento cohibida ni cuestionada", asegura. De hecho, el curso ha sido un éxito y agotó a las plazas en pocos días. Desde la escuela aseguran que su intención no es hacer cursos sólo para mujeres, pero reconocen que hay demanda. Aprender a utilizar el tractor, como mantenerlo o como utilizar las herramientas. Estas son algunas de las cuestiones que se tratan al curso de tractorista que propone la Escuela Agraria de Manresa.
No participa ningún hombre, ni como alumno ni como profesor. Y esta ha sido una de las claves del éxito. Con 33 años, Marta Ballarà es una de las profesoras del curso. Hace siete años que se inició a la explotación ganadera de su familia, y no lo hizo antes porque pensaba que no tenía cabida. "He crecido en un entorno muy rural y masculinizado. Creía que no era un sector para mí porque no tenía ningún referente de mujer en este trabajo y esta falta de referente me daba mucha inseguridad", explica. El camino hasta convertirse en ganadera, asegura, no ha sido fácil, pero ha demostrado que es capaz de hacer el trabajo en el campo y llevar el tractor cómo lo haría cualquier hombre.
Cuando la Escuela Agraria de Manresa le ofreció participar en el curso como profesora, no lo dudó: "El hecho de que las formadoras seamos mujeres y las alumnas sean mujeres crea un espacio seguro de aprendizaje donde se puede potenciar el talento femenino y aprender desde el no juicio". Desde la Escuela Agraria, una de sus profesoras, Laura Arevalillo, explica que, tradicionalmente, los conocimientos de maquinaria en el mundo rural se han transmitido de padres a hijos, y las mujeres muchas veces han quedado al margen. Además, aseguran que el hecho de que haya hombres en un curso de tractores hace que las mujeres queden más invisibilizadas. "Pasa a todos los cursos, quien se ofrece a hacer una cosa es quien sabe y, en este caso, normalmente son los hombres", añade. Rosa Vilalta, alumna del curso, está de acuerdo. Según dice, en la mayoría de talleres en los que ha participado, los hombres han acabado monopolizando la práctica del tractor. "El ego del macho rural acaba cogiendo el tractor primero", lamenta. Otra de las alumnas, Laura Muxí, cree que, si hubiera habido algún hombre al curso, se habría sentido más cohibida: "No habría hecho tantas preguntas". El éxito de la iniciativa hace que la Escuela Agraria de Manresa no descarte repetirla. En este sentido, Arevalillo subraya que hacer cursos exclusivos para mujeres no es la línea del centro, pero reconoce que ahora mismo hay esta necesidad.