REPORTAJE CONMEMORACIÓN
La riada que cambió Agramunt
La 'rubinada' de 2015 provocó la muerte de cuatro mujeres y obligó al ayuntamiento a dar un nuevo rumbo a su urbanismo para 'blindarse' ante inundaciones
Ocho años después, el pueblo crece hacia el norte cuando antes se expandía hacia el sur y prepara nuevas medidas de protección
Este mes se han cumplido ocho años de la fatídica rubinada que desbordó el río Sió en Agramunt. La riada del 3 de noviembre de 2015 provocó la muerte de cuatro ancianas que dormían en una planta en semisótano de la residencia para la tercera edad Ribera del Sió. Esta tragedia supuso cambios permanentes en la capital del Sió. Desde entonces ha dado un nuevo rumbo a sus planes de crecimiento para protegerse ante futuras inundaciones y el ayuntamiento prepara nuevas medidas con esta finalidad.
“La rubinada nos ha obligado a repensar nuestro urbanismo”, explica la alcaldesa, Sílvia Fernàndez. Antes de la riada, Agramunt crecía hacia el sur. A pesar de que el entorno del Sió estaba ya declarado zona inundable, se otorgaban licencias de obras porque la normativa lo permitía. Esto cambió tras la riada. “Desde entonces Agramunt crece hacia el norte”, afirma la primera edil.
La rubinada llegó cuando el municipio tramitaba su plan de ordenación urbanística (POUM). El documento, elaborado en 2014, era una reelaboración de uno de 2006. Fue revisado a instancias de la Agència Catalana de l’Aigua, que reclamó limitar las zonas de crecimiento en terrenos inundables. La nueva versión también chocó con objeciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro. Su informe desfavorable y con más restricciones llegó poco después de la riada.
Desde entonces, el ayuntamiento ha eliminado de su planificación urbanística futuros edificios cerca del río, en especial en áreas de flujo preferente, las de mayor riesgo en caso de avenidas. Si bien todavía es posible edificar algunos inmuebles, la alcaldesa indica que los promotores tienen la obligación de “aplicar medidas correctoras” ante futuras crecidas.
Otras actuaciones buscan que el Sió tenga un mejor drenaje en su tramo urbano para evitar que se desborde. Se ha abierto un segundo ojo en el Pont Romànic y está previsto un tercero artificial. El proyecto está en proceso de redacción.
“Según los expertos, es uno de los principales tapones para el paso del agua que tenemos en Agramunt”, señala la alcaldesa. También se ha rebajado el cauce a la altura del Pont de Ferro, donde se habían ido acumulando sedimentos, mientras que se ha modificado la ubicación y el uso de equipamientos públicos (ver desglose).
La prevención ante riadas no se limita a obras y planes urbanísticos. Agramunt ha aprobado también su documento único de protección civil municipal (Duprocim). Fernàndez asegura que “nos hemos formado todos para aplicarlo ante nuevas avenidas”. Otras medidas destacadas han sido contratar expertos para elaborar estudios de inundabilidad e instalar sensores para detectar crecidas en el Sió, en la cabeza (Font de Gàver) y otros puntos como Tarroja de Segarra, y Castellnou d’Ossó. El ayuntamiento pagó su instalación, pero estos municipios contribuyen a su mantenimiento.
Gracias a estos sensores, la ciudadanía puede consultar en todo momento el estado del río mediante una app. “Sabiendo la lluvia que ha caído y el caudal del río, podemos prever cuándo llegará el agua a Agramunt a informar a la ciudadanía para que tome las precauciones necesarias ante una nueva avenida”, destaca la alcaldesa.
Varios equipamientos han cambiado de uso e incluso de ubicación
La residencia Ribera del Sió ya no puede usar la planta en semisótano donde murieron cuatro ancianas durante la rubinada ni tampoco la planta baja para instalar habitaciones. El semisótano acoge la cocina, y la planta baja se destina a usos comunitarios y otros como comedor, despachos, peluquería y fisioterapia. También ha habido reformas: se ha cambiado la valla del jardín por un muro de hormigón, una rampa impide que el agua entre al patio interior en caso de inundaciones y se han instalado habitaciones en las plantas superiores.
Tras la riada, el ayuntamiento trasladó la guardería, en zona de flujo preferente en caso de avenida, cerca del cuartel de la Guardia Civil, el CAP y los Bomberos. La antigua llar d’infants se convirtió en el Espai Cívic. No se puede pernoctar en el pabellón ferial, también en zona preferente. Por ejemplo, el grupo Vibra, que estuvo rehabilitando el antiguo cuartel de la Guardia Civil durante este año, se alojó en la grada del pabellón y no en la pista. Finalmente, se ha instalado señalización en las zonas inundables.