SALUD ANÁLISIS
Un tabú llamado suicidio
En el primer semestre del año pasado 18 personas se quitaron la vida en las comarcas de Lleida, donde hubo 14 fallecidos de tráfico
La Generalitat pone en marcha una campaña para su prevención y expertos muestran su preocupación por el aumento de casos en adolescentes
La cifra de muertes por suicidio es superior al número de víctimas de accidente de tráfico en las comarcas de Lleida. En el primer semestre del año pasado perdieron la vida en la carretera 14 personas mientras que se contabilizaron 18 suicidios, según datos del INE. En todo 2022 fueron 27 víctimas de tráfico por 29 personas que se quitaron la vida. El suicidio, por múltiples factores, sigue siendo un tabú a pesar de que es una realidad muy presente en la sociedad. “No se puede esconder que se trata estadísticamente de una de las principales causas de muerte”, comenta el psiquiatra Àngel Pedra. Por su parte, el psicólogo Xavier Amat afirma que “como sociedad, tenemos el deber de visibilizarlo”. La Generalitat puso en marcha a mediados de diciembre el Observatori de Prevenció del Suïcidi de Catalunya y la campaña No els deixem caure en el pou del suïcidi, para promover la detección por parte del entorno de las conductas que atentan contra la propia vida e instar a la escucha empática y a solicitar ayuda al teléfono 061. Cada año aumentan los casos, sobre todo a raíz de la pandemia de covid, y especialmente entre los adolescentes, algo que preocupa a los expertos.
El último caso en Ponent fue el de una vecina de Fondarella de 15 años. Ramon Camats, doctor en Filosofía y autor de varios libros sobre el suicidio, asegura que “estamos ante un cóctel perfecto y el aumento de casos en adolescentes es paralelo a la saturación que hay con los móviles y el acceso a las redes sociales, donde pueden sufrir acoso y encontrar ideas e incluso estímulos para llevar a cabo su intención”. En este sentido, añade que “se empieza por la ideación, se sigue con la planificación y puede derivar en autolesiones o un suicido consumado”. Para detectar posibles casos en personas cercanas como familiares o amigos, Xavier Amat considera que “debemos estar atentos a los signos de alarma como cambios de actitud, aislamiento y el deseo de morir. Son personas que sufren mucho”. En este sentido, asegura que “debemos conversar mucho y no es algo que se reduzca al entorno familiar. Ante cualquier duda, debemos informar a especialistas pero también a educadores, docentes o profesionales sanitarios. Es mejor pecar de exceso que por defecto”.
Por su parte, Àngel Pedra recuerda que “la adolescencia es un período de crisis, donde se pasa de la protección a la independencia. Las autolesiones son un paso previo ya sea para poner en relieve el sufrimiento, para llamar la atención o por incomprensión”. En este sentido, Ramon Camats asegura que “no estamos actuando como deberíamos y debemos hacerlo en todos los niveles”, y apuesta por el efecto Papageno –por el nombre de un personaje de La Flauta mágica de Mozart–, que consiste en el cambio de opinión de un potencial suicida que quiere culminar el acto mediante el pensamiento positivo y la confianza en sus habilidades. Con un único fin: salvar vidas.
Factores de riesgo
Hay múltiples y pueden ser biológicos, psicológicos, sociales y ambientales. Hacen que una persona sea más propensa a sufrir pensamientos o comportamientos suicidas.
Ejemplos
Algunos ejemplos: depresión y otros trastornos mentales, sentimientos de desesperanza, características de carácter (baja autoestima, agresividad, baja tolerancia a la frustración, perfeccionismo, etc). También adicciones, entorno disfuncional, maltrato o abuso sexual, acoso escolar, ciberacoso, formar parte de un colectivo discriminado y presencia o acumulación de eventos vitales negativos: problemas financieros o pérdida de trabajo, dificultades de acceso o pérdida de vivienda, separación reciente, muerte reciente de un ser querido, etc.
Señales de alerta
Expresar el deseo de suicidarse o amenazar con hacerlo. Buscar información sobre el suicidio, sobre métodos para hacerlo o hacer preparativos (ej. acumular medicación). Hablar sobre la muerte o expresa el deseo de morir. Aislamiento, cambios de conducta.
Mitos y falsas creencias
Es falso que hablar del suicidio incite a hacerlo o que quien quiere suicidarse lo acabará haciendo. No solo las personas con trastornos mentales se suicidan