El Segre, 20 meses en emergencia, mientras que Mequinensa, Riba-roja y Flix desembalsan

El río Segre continúa en emergencia por vigésimo mes consecutivo por la sequía, mientras que los embalses del curso medio y bajo del Ebro alivian agua desde hace días, según el último balance de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Esto se debe a las intensas lluvias registradas en la cabecera en los últimos días, principalmente en Euskadi y Navarra, que han hecho que el pantano de Mequinensa, en el Baix Cinca, esté casi al 80% con 1.077 hectómetros cúbicos almacenados (tiene una capacidad para 1.372) y Riba-roja al 96% con más de 200 (puede acoger 209). Fuentes de Endesa y de la CHE confirmaron que el primer embalse ha ido soltando entre 400 y 600 metros cúbicos por segundo por turbinas desde hace días, y Riba-roja y Flix también hacen lo mismo para garantizar la capacidad en los embalses de cara a posibles avenidas en las próximas semanas. No obstante, remarcaron que esta es una operación normal. Esta situación beneficia especialmente al curso medio del río y al Delta del Ebro tras meses de sequía. Por otra parte, tanto el Pallaresa como el Ribagorçana han salido de la situación de alerta que arrastraban desde hace meses, aunque por un escaso margen, indicó la CHE. Los del Ribagorçana (Baserca, Escales, Canelles y Santa Anna) almacenan 378,9 hectómetros cubicos, mientras que los del Pallaresa (Sant Antoni, Terradets y Camarasa) acumulan 275. Por lo que respecta a los pantanos del Segre, Oliana y Rialb, suman casi 150 hectómetros cúbicos a la espera de contabilizar el caudal de las últimas lluvias.

En otro orden de cosas, el ayuntamiento de Montgai, en la Noguera, informó que a partir de ayer se aplicarán restriciones al agua de boca. De hecho, procederá a cortar el suminstro entre las 10 de la noche y las 8 de la manaña por falta de agua en los depósitos. El alcalde, Jaume Gilabert, lo atribuyó a una mala gestión de almacenaje y se está a la espera de que el Canal d’Urgell reabra a los abastecimientos para llenarlos de nuevo.

Caldes de Boí, con el agua asegurada para embotellar y más demanda que oferta

El agua de los manantiales y fuentes naturales de la Alta Ribagorça sigue brotando del subsuelo y no se ven afectados por la sequía que arrastra el Noguera Ribagorçana (en fase de prealerta). Ello ha permitido a la embotelladora Caldes de Boí cerrar el 2023 con una producción de 37 millones de litros de agua mineral bajo la marca Font Foix. El director gerente de Caldes de Boí, Walter Conde, aseguró que tanto en la Font de Bou como en la Font de Boix el agua brota con normalidad y en el caso de esta última, con una mineralización muy débil, que ha permitido incrementar el número de clientes interesados por este producto. “El envasado de Font de Boix ha crecido de manera exponencial, y ha desbancado al agua envasada de Boí, que suponía un 2% de las ventas”, dijo. La firma cerró el año 2023 superando los seis millones de euros en ventas. Según Conde, el agua mineral de la Font de Boix es muy baja en mineralización y la demanda es cada año más alta. “Actualmente no podemos atender a más clientes por el número de ventas. No podemos coger a más”, dijo. La firma emplea actualmente a 14 personas.