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ENERGÍA RENOVABLES

Castelló de Farfanya, pionero en dar luz a sus vecinos y negocios con placas solares públicas

Suministra electricidad a 33 familias, una tienda y un alojamiento turístico desde el 29 de diciembre

Estrena una aplicación informática y un servicio de asesoramiento para favorecer el ahorro energético

Maria Lluïsa Vilaparrot regenta l’última botiga del poble.

Maria Lluïsa Vilaparrot regenta la última tienda del pueblo. - R.R.

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Castelló de Farfanya se ha convertido en el primer municipio de las comarcas de Lleida en poner a disposición de vecinos y negocios locales la energía que genera mediante paneles solares públicos, instalados en los tejados de edificios municipales. Desde el pasado 29 de diciembre, el ayuntamiento suministra a 33 familias, a la única tienda que sigue abierta en la localidad y a un apartamento de alquiler turístico. Ahora, apenas un mes después de conectar las placas fotovoltaicas, estrenará una aplicación informática que permitirá a los usuarios conocer con precisión su consumo eléctrico y un servicio de asesoramiento para ayudarles a reducirlo. Los presentará en una reunión vecinal el martes.

Los usuarios de los paneles solares municipales todavía no saben cuánto ahorro pueden suponerles en sus facturas elécrticas. Todavía no han recibido la primera desde que el ayuntamiento los puso en funcionamiento. Han pagado 76 euros por reservar una potencia de 0,5 kilovatios (kW) durante un año, o bien 106 por un kW, el equivalente a tres paneles. “En una reunión nos explicaron que el ahorro medio sería de unos 400 euros al año”, explica Jordi Terré, uno de los usuarios.Personas que habitan pisos y casas de alquiler, que consideran demasiado complejo o costoso instalar paneles solares en sus viviendas, o que no pueden hacerlo porque sus tejados tienen fibrocemento o están bajo la sombra de otros edificios son algunos de los perfiles de los que reciben parte de su suministro eléctrico de las instalaciones fotovoltaicas municipales. Hay una en el centro cívico y otra en el recinto escolar.El alcalde, Omar Noumri, explicó que los usuarios de este servicio dispondrán ahora de información puntual sobre qué parte de su consumo procede de los paneles solares y cuánto de la red eléctica a través de una aplicación informática. Estos datos permitirán a un asesor contratado por el ayuntamiento aconsejar a cada uno de ellos sobre cómo reducir el recibo de la luz. Numerosos municipios de Lleida siguen los pasos de Castelló de Farfanya para suministrar energía a sus vecinos.

«Me pareció una oportunidad para ahorrar»

Jordi Terré vive cerca del centro cívico del pueblo, en cuyo tejado se encuentra una de las instalaciones de paneles solares del ayuntamiento. “Las obras se hicieron en un momento en que la electricidad estaba muy cara, y a mi me pareció una buena forma de ahorrar”, explicó. Instalar placas fotovoltaicas en su propia vivienda era problemático por la presencia de uralita en la cubierta. “He sido albañil toda la vida y ví que sería muy costoso”, dijo. Pagó 106 euros por reservar un kilovatio (kW) de potencia tras acreditar que la usaría, ya que su consumo eléctrico superaba los 3.000 kWh al año. “Nos dijeron que el ahorro medio sería de unos 400 euros al año”, apuntó.

«En la tienda no podía instalar placas solares»

Maria Lluïsa Vilaparrot regenta el último comercio que queda en Castelló de Farfanya, una tienda en la que vende alimentos y otros productos de primera necesidad. Decidió instalar paneles solares en su casa, pero no podía hacerlo en el edificio donde tiene su establecimiento. “Estoy aquí de alquiler, y además el lugar no es adecuado, porque las casas que lo rodean proyectan sombra sobre el tejado”, explicó. La instalación de placas fotovoltaicas del ayuntamiento le pareció una oportunidad para reducir los recibos de la luz. “En un primer momento la inscripción se limitaba a particulares, pero luego la abrieron también a negocios”, apuntó.

Dos modelos que comparten metas: comunidades y servicio municipal

La denominación de comunidades energéticas se ha convertido en habitual para definir proyectos de instalaciones compartidas de autoconsumo eléctrico. Sin embargo, la UE solo otorga esta calificación a las que están “controladas por socios o miembros”, que participan en la inversión y en la toma de decisiones. Frente a este modelo, ayuntamientos como el de Castelló de Farfanya han optado por hacer del suministro de energía un servicio municipal, en el que los vecinos no son socios sino usuarios. Se trata de otra vía que busca también servir al interés de la ciudadanía y al avance de las energías limpias.

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