LLEIDA
El túnel de Lilla dispara el tráfico en la N-240 a los cuatro meses de su estreno
Transportistas y empresarios piden celeridad para construir el enlace con la AP-2
El túnel del Coll de Lilla, que se puso en servicio hace casi cuatro meses, ha disparado el tráfico en la N-240 en el tramo que da acceso a la galería desde Montblanc. La infraestructura recibe cada día a unos 11.000 vehículos, de los que 1.100 son camiones. Mientras, transportistas y empresarios exigen celeridad para habilitar el enlace con la AP-2.
La apertura del túnel del Coll de Lilla, que se inauguró hace casi cuatro meses, ha disparado el tráfico en la N-240 en el tramo que da acceso a la galería desde Montblanc. Desde el ministerio de Transportes explicaron que la nueva infraestructura recibe cada día a unos 11.000 vehículos, de los que un 10% son camiones. Mientras, la N-240 contaba en 2021 con unos 4.200 vehículos en la entrada al puerto de Lilla, según los datos del último balance disponible del ministerio.
El alcalde de Montblanc, Oriol Pallisó, explicó que el incremento del tráfico se debe en parte a que los conductores con origen o destino a Tarragona circulaban antes por la C-14 y ahora lo hacen por la A-27, que incluye el túnel. Además, apuntó que desde que se estrenó la galería se ha registrado un aumento de la movilidad en la rotonda en la que confluyen los accesos a la N-240, la AP-2 y la C-14. También señaló que están a la espera de ver los vehículos que recibirán durante la campaña turística de verano.El aumento de los vehículos que pasan por la N-240 para acceder al nuevo túnel se mantendrá al menos hasta que se construya el enlace de A-27 con la AP-2 en Montblanc. Este será también el último tramo de la autovía a Tarragona. Fuentes del ministerio explicaron que siguen trabajando en la redacción del proyecto. Mientras, tanto los transportistas como los empresarios de las comarcas de Lleida exigen celeridad para construir el enlace entre estas dos carreteras.
El presidente de la Cámara de Comercio de Lleida, Jaume Saltó, indicó que el túnel del Coll de Lilla ha beneficiado especialmente al sector del transporte y ha “mejorado la comunicación con el puerto de Tarragona”. En este sentido, afirmó que “hemos ganado casi media hora de viaje” entre ida y vuelta y también destacó la reducción de las emisiones que esto implica. Por su parte, la portavoz de la patronal del transporte Asotrans, Sílvia Llobet, apuntó que la reducción del tiempo permite a algunos camioneros hacer un viaje más entre Lleida y Tarragona.
Una autovía recortada y con numerosos escollos
La A-27 ha tenido que ir superando varios escollos desde el inicio de las obras. En un principio, esta autovía tenía que conectar Lleida y Tarragona, aunque aproximadamente en 2016 se descartó el tramo entre Montblanc y la capital del Segrià. Entonces el Gobierno central apostó por que los vehículos circularan por la autopista AP-2, que quedó libre de peajes en septiembre de 2021. La autovía entre Tarragona y Valls entró en servicio por fases entre 2013 y 2015. Mientras, las obras del trazado entre el Alt Camp y Montblanc, que incluyen el túnel del Coll de Lilla, arrancaron en 2009. Sin embargo, un año después se paralizaron debido a recortes presupuestarios. Los trabajos se desbloquearon finalmente en 2016, pero continuaron al ralentí. Además, la construcción del túnel se aplazó tras detectar pizarras y arcillas expansivas. Esto obligó a paralizar el proyecto y replantearlo, lo que derivó en un presupuesto aún mayor. Las labores se reactivaron en 2019 y entonces ya empezó la perforación del túnel del Coll de Lilla, después de que el Consejo de Estado autorizara la modificación al alza del presupuesto.